Alternativas

Miguel ?ngel Rodr?guez E.

No hay raz?n m?s importante para la existencia del Estado que dar protecci?n a los ciudadanos frente a la criminalidad. Claro que como existen maldad, locura, pecado, no es posible garantizar en un 100% la seguridad ciudadana. Pero cuando el incumplimiento de las normas b?sicas de convivencia se incrementa tan aceleradamente como desdichadamente ha ocurrido en nuestro pa?s, es imprescindible recurrir a todos los medios l?citos para ponerle coto.

?

Esto es a?n m?s urgente cuando el aumento en la violencia delictiva proviene de redes internacionales que cuentan con inmensos recursos financieros, con muy avanzados medios tecnol?gicos y son despiadadas frente al dolor que generan.

Aunque Costa Rica no ha alcanzado el nivel brutal de delincuencia de los pa?ses del Tri?ngulo Norte de Am?rica Central o de Venezuela, es lo cierto que los niveles de criminalidad que sufrimos son ya del orden que la Organizaci?n Mundial de la Salud cataloga como epidemia.

Durante la d?cada de 1980 la tasa de homicidios dolosos por 100 mil habitantes se mantuvo entre 3,5 y 4,4 terminado en 1989 en 3,9. Esa era una tasa baja similar a las de Europa, Asia y Ocean?a. Pero en la ?ltima d?cada de ese siglo se pasa de 4,6 en 1990 a 6,4 en 1999. Ese ?ltimo a?o se reverti? la tendencia e inicia un leve descenso de los homicidios para llegar a 6,3 en 2002.

En ese momento a?n est?bamos en un nivel cercano al promedio mundial de incidencia de homicidios, pero ya para 2008, solo seis a?os despu?s, la situaci?n hab?a cambiado tan dr?sticamente que nos hall?bamos con 11,6 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes. ?Esta tasa creci? m?s del 84% en solo seis a?os!

Esa tasa subi? hasta 12,4 en 2010, pero cay? en 2011, 2012 y 2013 para situarse en ese ?ltimo a?o en 8,7. Desdichadamente luego ha vuelto a ascender en 2014 a 10, en 2015 a 11,4 y en 2017 a 11,8 con el mayor n?mero de asesinatos en nuestra historia en ese a?o pasado.

Ahora el tema de la inseguridad se ha agigantado con el horrendo caso -producto del crimen organizado- donde en un centro educativo result? herido de bala un ni?o y fue asesinado un extranjero, que ten?a antecedentes delictivos anteriores a su ingreso al pa?s, y con denuncias por acciones criminales en nuestro territorio.

Nada o muy poco ganaremos si esta justificada conmoci?n no pasa de notas y denuncias en la prensa, y de promesas y buenas intenciones de gobernantes y aspirantes a la presidencia. Cierto que se necesita ?voluntad pol?tica?, pero ella sola es totalmente insuficiente. Ni siquiera es solo cuesti?n de recursos econ?micos. En este como en muchos casos, de buenas intenciones est? empedrado el camino de los infiernos, y no solo porque no se cumplen sino en much?simos casos por no aplicar conocimientos disponibles.

En el siglo XXI no se trata de nombrar al mejor y m?s honesto sheriff para que nos cuide.

Hay personas en Costa Rica con conocimientos de seguridad, y pa?ses como Colombia, Chile, Espa?a y Estados Unidos nos han dado y nos pueden dar asistencia t?cnica.

Necesitamos usar los mejores conocimientos para desarrollar un plan para la polic?a preventiva frente al crimen organizado, y frente a la delincuencia com?n que desgraciadamente ha aprendido a ser violenta.

Necesitamos usar medios que la tecnolog?a ha desarrollado para vigilar calles y lugares p?blicos de reuni?n.

Necesitamos aplicar, con la colaboraci?n internacional, medidas migratorias que impidan el ingreso al pa?s de extranjeros con antecedentes criminales, o sobre los que pendan en otros pa?ses investigaciones por posibles delitos.

Necesitamos que los cuerpos de investigaci?n y el Ministerio P?blico den prioridad y atiendan oportunamente las denuncias que pueden desembocar en asesinatos o lesiones a personas inocentes.

Necesitamos aprobar el proyecto de ley del diputado Mario Redondo que goza de la aprobaci?n de magistrados penales y del fiscal general para fijar plazos que se cumplan a las investigaciones y los procesos penales.

El crimen organizado tiene los recursos y el conocimiento para infiltrar los cuerpos policiales y judiciales. La tarea de vigilancia interna debe ser conducida permanentemente y de manera muy profesional, pues esa es la peor situaci?n en la que podemos vernos envueltos.

Es indispensable que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, as? como los partidos pol?ticos, dediquen los mejores esfuerzos y busquen la mejor ayuda profesional para contar con estrategias adecuadas que nos permitan volver a disminuir la criminalidad. Es un esfuerzo nacional que demanda la contribuci?n seria de todos.