Los Especialistas ? Miguel Angel Rodr?guez por Academia de Centroam?rica


Imagen de archivo. Miguel ?ngel Rodr?guez. EFE

Miguel Angel?Rodr?guez

Las personas deseamos ser felices, y deseamos que nuestros familiares, amigos, vecinos, compatriotas tambi?n lo sean.

Sabemos cu?ndo somos felices. Ante preguntas de un encuestador podemos expresar nuestra subjetiva evaluaci?n de felicidad.

Por las respuestas sabemos que comer, el sexo, la religi?n y hacer el bien a otros nos da felicidad. Que somos m?s felices en la juventud y en la vejez. Sabemos, tambi?n, que los bienes materiales despu?s de un cierto monto no aumentan la felicidad, pero si lo hacen en los niveles b?sicos de satisfacci?n de necesidades.

Por eso cuando queremos saber del bienestar de una comunidad no solo deseamos conocer su nivel de producci?n y consumo de bienes, su estado de salud o sus conocimientos, sino tambi?n deseamos informarnos de cuan felices se sienten las personas que la integran.

Por las comparaciones internacionales sabemos que en Latinoam?rica y en especial en Costa Rica, una gran proporci?n de la poblaci?n expresa grados de felicidad mayores a los de otras naciones. Pero sabemos tambi?n que a pesar del importante y r?pido crecimiento de nuestras econom?as en la primera d?cada de este siglo, a?n tenemos una gran porci?n de nuestra poblaci?n (una quinta parte en nuestro pa?s) que no satisface sus necesidades b?sicas. Y una clase media que expresa inconformidad con sus niveles de consumo.

Esto nos obliga a que el crecimiento econ?mico compartido, en especial el aumento del consumo de las familias pobres y de ingresos medios bajos, sea un objetivo central de nuestras pol?ticas p?blicas. Y este objetivo central debe moldear nuestras diversas pol?ticas sectoriales. Por ello no debemos adoptar una determinada pol?tica social, ambiental, o fiscal, por ejemplo, sin considerar sus efectos sobre el crecimiento.

No es necesario argumentar mucho para probar que el d?ficit fiscal es un grave problema que requiere una pronta soluci?n.

Gobierno Central: DeficitBasta con observar que no experimentamos niveles similares a los de 2013 y los proyectados para este a?o y el entrante desde la crisis de inicios de los ochenta. Ver el gr?fico adjunto. Tenemos pues que resolverlo.

Pero debemos resolverlo de modo que concomitantemente podamos tener altas tasas de crecimiento econ?mico que favorezcan a las familias pobres y de ingresos medios bajos.

Ello significa que la mezcla de cambios en gastos e ingresos debe ser cuidadosa para no desincentivar el ahorro y la inversi?n, para promover generaci?n de buenos empleos para esos grupos de ingreso, y para hacer m?s eficientes al gobierno y a la econom?a en general.

Necesitaremos un aumento de los ingresos tributarios, pero ese aumento no podr? ser tan grande que resuelva por si solo el problema. Si lo fuera, los mayores impuestos pagados afectar?an severamente la capacidad de los privados de ahorrar e invertir, y en consecuencia el crecimiento.

En este aspecto es muy importante tanto el monto de recursos adicionales que se sustraigan del sector privado para financiar el gasto p?blico, como la forma en la cual se establezcan los tributos, pues de ello depende su afectaci?n a los incentivos de ahorrar, invertir y trabajar. As?, subir simplemente las tasas marginales de imposici?n a la renta no parece ser una buena medida por su efecto sobre esos determinantes del crecimiento econ?mico.

Por ello, adem?s de las medidas de mejor cobro y mayores impuestos, se requieren otras por el lado de los egresos. Y esas medidas no solo deben servir para resolver el d?ficit, sino tambi?n para reorientar el gasto de manera que aumente la inversi?n para proveer la infraestructura de la que carecemos, que se brinden servicios p?blicos m?s eficientes, que se elimine tramitolog?a innecesaria, que lleguen mejor a las familias pobres los programas sociales y se mejore la calidad de la educaci?n.

Claro que no se pretende que todas las medidas se adopten simult?neamente. Pero s? que se dise?en tomando en cuenta estos sus efectos sobre nuestro crecimiento econ?mico.

Si a la vez que disminuimos el d?ficit aumentamos el crecimiento participativamente, el propio crecimiento acelerar? la captaci?n de impuestos y crear? un c?rculo virtuoso de crecimiento y equilibrio fiscal.

Los efectos redistributivos que disminuyan la desigualdad deben considerar simult?neamente tanto el impacto de la fuente de los nuevos ingresos como de los destinatarios de los gastos de conformidad con su reorientaci?n. Y a la vez el crecimiento bajar? la necesidad de transferencias sociales al disminuir el n?mero de familias pobres.

En resumen, debemos resolver el d?ficit sin dejar de crecer y debemos crecer sin dejar por ello de resolver el d?ficit fiscal.

Escrito por Miguel Angel?Rodr?guez | Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Fecha de publicaci?n: 1-Oct-2014
Fuente: crhoy.com

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