Los Especialistas » Miguel Angel Rodríguez por Academia de Centroamérica

Febrero 19, 2023 8:22 am

PIB, Ingreso Nacional, Consumo, Desempleo, Ocupados

El problema

Con más que justificada razón se ha dado un debate respecto al tipo de cambio actual y los movimientos tan extremos que en los últimos años ha experimentado.
Desde inicios de 2021 a mediados de 2022, el tipo de cambio de dólar por colón aumentó un 13% y de esa fecha a la actual ha bajado un 26%, volviendo a niveles similares a los que tenía hace más de 10 años.

Claro que en estos años se han vivido eventos internos y externos que provocan cambios en el tipo de cambio real.

Internamente, se han dado transformaciones importantes tales como las significativas mejoras en los resultados fiscales, el cambio en la relación entre el sistema de comercio especial y el definitivo por el aumento en la importancia relativa del primero, el aumento en la producción mediante las nuevas tecnologías, el aumento de la productividad nacional y la recuperación de la producción después de la pandemia.

También se han dado cambios externos como la ruptura de las cadenas de producción y el aumento desproporcionado del costo de los fletes marítimos, la invasión de Putin a Ucrania y el incremento de los precios de los energéticos, los alimentos y fertilizantes, la inflación y el alza de los tipos de interés por parte de los bancos centrales de nuestros principales socios comerciales y la nueva realidad de la preferencia de inversionistas de EE.UU. por inversiones en países cercanos y en países amigos (nearshoring y friendshoring).

También es claro que las respuestas de la política monetaria a esas diversas situaciones aumentando primero y bajando después la tasa de política monetaria (TPM) tienen un impacto en el tipo de cambio vía sus efectos en el diferencial de tasas de interés entre nosotros y el exterior y por su influencia en la demanda agregada.

Sin duda, aumentos tan pronunciados del tipo de cambio y disminuciones aún mayores del mismo, en este corto período, causan cambios diferentes en la rentabilidad de unos y otros sectores productivos: en una dirección unos ganan y otros pierden, en la dirección contraria otros ganan y unos pierden.

No creo oportuno ni justificado un debate sobre las intenciones del BCCR en las políticas seguidas. Eso solo contribuye a crear incertidumbre y a enturbiar las relaciones entre los participantes en los necesarios y justificados debates sobre estos temas. Además, me declaro totalmente incapacitado para ese ejercicio pues no tengo ningún instrumento para leer las mentes y los corazones de quienes dirigen nuestra institución monetaria. Ni de nadie más. Solo, y con muchísimas limitaciones, puedo tratar de observar los hechos y de leerlos a la luz del conocimiento, siempre insuficiente y en mí limitado, que me dan la ciencia y la experiencia.

Origen y consecuencias de la variación en el tipo de cambio. Hechos.

Acepto la afirmación de Jorge Guardia de que el BCCR no tiene una política cambiaria. Lo que el BCCR aprueba es un régimen cambiario y hoy rige un sistema de flotación sucia. Intervenida o administrada. El tipo de cambio lo determinan la oferta y la demanda de dólares en el mercado, sujeto a las intervenciones del BCCR para comprar y vender divisas para el sector público no bancario, para fortalecer sus reservas y para suavizar las oscilaciones del mercado.

La apreciación del colón que hemos experimentado se debe a ingresos de divisas por crecimiento de las exportaciones, por la recuperación del turismo, por los créditos externos al gobierno y por movimientos de capital privados.

El movimiento en ventanillas de divisas por el sector privado en 2023 fue positivo con un saldo de $7.385 millones y tuvo un aumento anual de $3.533 millones. En 2022 también fue positivo ese flujo con $3.852 millones y un incremento respecto a 2021 de $1.384 millones.

El aumento en los ingresos anuales de 2023 provino en 40% de las exportaciones netas de importaciones (que fue mayor al de 2022 en $1.415 millones)y en 9% de turismo (que fue mayor al de 2022 en $397). Por otro lado, incluso los movimientos de capital privados fueron menos negativos en 2023 que en 2022 y representaron un 3% del incremento en el resultado positivo del movimiento en ventanillas en 2023, pero un 48% es de otros orígenes no identificados.

El BCCR compró en ese mercado dólares para satisfacer las demandas netas del sector público no financiero y para aumentar las reservas en $4.669 millones, pero aun así la presión de estos movimientos hizo bajar el tipo de cambio.

No cabe duda de que esta enorme reducción del valor del dólar (6,7% en 2022,12,5% en 2023 y 1,1% en lo que va de 2024) causa un enorme impacto en la rentabilidad de las exportaciones, del turismo y de las empresas locales que compiten con importaciones.

Son hechos importantes el incremento en los ingresos por exportaciones netas y por turismo y los cambios que he mencionado en nuestra estructura productiva y en los factores externos.
Y es un hecho que el 48% del incremento en el ingreso de divisas en ventanilla no se asigna a esas causas, sino que no se identifican más que como “otros”, según lo reporta el BCCR.

Es un hecho, además, que otros muy cuantiosos y extraordinarios ingresos de divisas no pasan por esas ventanillas como los créditos del gobierno, tanto por la colocación de bonos por $3.000 millones en 2023, como por préstamos de instituciones financieras internacionales. En 2021, 2022 y 2023 el ingreso neto por créditos externos (ingresos menos amortizaciones) y el préstamo del FLAR al BCCR
aportaron casi $6.000 millones de entradas de dólares.

También es un hecho que el diferencial de tasas de interés nacional y extranjera afecta el tipo de cambio tal como lo he indicado, y como lo señala el Informe de Política Monetaria del BCCR de enero en su nota respecto a tipo de cambio real de equilibrio. Una tasa de interés nacional mayor a la extranjera aumenta el tipo de cambio, o sea influye para disminuir el valor del colón, por lo que si la TPM bajase, eso tendría la consecuencia de menor revaloración del colón. En esa nota, por medir tendencias de largo plazo, el efecto es en dirección de depreciar el colón desde 2016 hasta 2023, con situaciones muy diferentes en ese período en cuanto a ese diferencial de tasas de interés y al premio por invertir en colones.

Y es innegable que por la apreciación del colón se afecta negativamente la rentabilidad de las empresas que producen bienes transables y su generación de empleo. Esa afectación se da con independencia de la intencionalidad de la política monetaria del BCCR, pero se da.

Adicionalmente, otros hechos de los últimos dos años que merecen atención son el incremento en la proporción de endeudamiento del sector privado en dólares en respuesta al bajo tipo de cambio, lo que aumenta el riesgo; que las tasas de interés activas del sector bancario no han bajado a pesar de la disminución de la TPM y de las tasas pasivas, lo que limita la inversión y la generación de empleo; y el muy alto nivel de liquidez en el mercado de cortísimo plazo que puede provocar movimientos bruscos en tipo de cambio y tasas de interés.

Posibles acciones

Como el diferencial de tasas de interés afecta el tipo de cambio, el BCCR puede ser menos conservador y bajar más la TPM. Esto incrementaría el tipo de cambio real de equilibrio. Claro que hay riesgos, pero la TPM es muy alta comparada con nuestra historia y el nivel de las reservas monetarias es muy alto, lo que nos da un gran respaldo.

Se puede prepagar el saldo del préstamo del FLAR que se contrató cuando el tipo de cambio subía y las reservas bajaban. Hoy el tipo de cambio ha bajado muchísimo y las reservas son muy altas. El

BCCR podría reponer esas reservas y eso aumentaría el tipo de cambio.

Los bancos comerciales del estado pueden presionar a la baja las tasas de interés activas que no han respondido a la disminución en la TPM y pueden hacerlo pues las tasas de interés pasivas de los intermediarios financieros sí han bajado con la disminución de la TPM. Esto generaría inversión y bajaría el costo financiero del endeudamiento del gobierno en el mercado interno.

Vender el BCR, a un ente financiero externo con vocación de banca personal, podría aumentar la competencia en el mercado financiero y ayudar a que las tasas activas bajen y no sean simplemente motivo de mayores ganancias para bancos y otros entes del sector.

El gobierno y el banco central pueden coordinar sus políticas de endeudamiento para presionar las tasas de interés a la baja y colocar mayor proporción de deuda pública en el mercado interno y en colones. Esto afecta la oferta de divisas. Además, genera un mercado para que se coloquen en bonos del gobierno los altos saldos del mercado de cortísimo plazo.

Y claro que a mediano plazo se deben dar los cambios estructurales que hemos venido sugiriendo por mucho tiempo para aumentar la productividad de los sectores afectados por el bajo tipo de cambio, y para generar niveles de empleo formales más altos y con mayores salarios reales.

Fuente: CR Hoy


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