Discurso del Presidente de la República, Miguel Ángel Rodríguez, durante la graduación de 214 comités de policía comunitaria
Sábado 08 setiembre, 2001. Plaza de la Cultura.
Señor Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, don Jorge Rojas, señor Ministro de Seguridad Pública, señora Viceministra, señor Director de la Fuerza Pública, amigos y amigas de la policía, amigas y amigos del Consejo Municipal de San José. Especialmente un saludo a todos ustedes, amigos y amigas de la policía comunitaria.
214 comités más en todo el país, 1278 comunidades organizadas. Este es el resultado de tres años de acción, de tres años de relacionar a la policía de uniforme con los ciudadanos en todas las comunidades para pasar de una comunidad organizada con policía comunitaria, el 8 de mayo de 1998, a 1278 comunidades en el día de hoy.
Este es un enorme esfuerzo, este es un esfuerzo que lo hacen ustedes, todas ustedes y todos ustedes que están aquí hoy, que lo hacen ustedes organizándose para buscar la seguridad en sus barrios, que lo hacen ustedes porque comparten ese sentimiento con todos nosotros, no podemos dejar que los delincuentes nos roben Costa Rica, no podemos dejar que los delincuentes nos quiten la paz, no podemos dejar que los delincuentes echen a perder esta Patria. Costa Rica vale la pena, luchemos contra los delincuentes, metamos a los sinvergüenzas a la cárcel, no permitamos que anden en nuestras calles.
Yo agradezco a la Asamblea Legislativa, la aprobación de la reforma a los artículos 215,274 y 374 del Código Penal, que eleva las penas privativas de libertad por el secuestro extorsivo, pasando de 8 a 10 años el mínimo y de 12 a 15 años el máximo, además si se le inquiere a la persona secuestrada lesiones graves o gravísimas, las penas serían de 20 a 25 años y en caso de producirse la muerte del secuestrado, de 35 a 50 años. Además, se define mejor el defino y se hace delito todo tipo de cooperación con los secuestradores.
Amigas y amigos:
Yo estoy hoy profundamente preocupado. Yo vengo hoy aquí con el corazón sangrante, como estoy seguro que está aquí cada padre, cada abuelo y cada tío. Ayer secuestraron a dos niños en Costa Rica, ayer secuestraron a dos niños de Costa Rica, piensen que pueden ser sus hijos, sus nietos, sus sobrinos, sus ahijados, sus hermanitos. Piensen ustedes lo que ustedes estarían viviendo si sus niñitos estuvieran en manos de unos sinvergüenzas que se los han robado, poniendo en peligro sus vidas para hacer plata.
No permitamos costarricenses que esto siga dándose. Que todos los costarricenses seamos policías hoy en Costa Rica, no importa que sea un sobrino, un tío, o un padre el que haya hecho eso, tenemos que acusarlo, al que haya hecho eso tenemos que meterlo en la cárcel. Al que haya hecho eso, tenemos que separarlo de esta sociedad.
Todos los costarricenses seamos detectives, llamemos al OIJ a la menor sospecha. No es posible que esto siga ocurriendo en Costa Rica, menos mal que ya había aprobado esta ley. Como ha costado que la aprueben, como ha costado que se aprueben las leyes para enfrentar estos problemas. Los vimos venir y desde hace más de dos años empezamos a prepararnos frente a este problema del secuestro.
Trajimos ayuda de Colombia, empezamos a preparar gente del OIJ, del Ministerio Público, de la Policía, para lograr tener mejores maneras de reaccionar. Mandamos un proyecto de ley, que bueno, ahora ya está aprobado.
Amigas y amigos:
Depende de nosotros parar esto. De la misma manera que todos ustedes que están aquí, están aquí porque quieren que haya tranquilidad en sus barrios y quieren organizarse y quieren defenderse. Todo Costa Rica tiene que organizarse y defenderse, todos tenemos que decir cualquier indicio, no importa quien sea, tenemos la obligación de meter a la cárcel a estos sinvergüenzas que atropellan a nuestros niños, hoy son los niños de otra familia, pobre familia. Qué dolor para esa familia, que angustia, que sufrimiento.
Pueden imaginarse ustedes algo peor que esto que vivir que los niños estén secuestrados. No podemos ser indiferentes costarricenses. Tenemos que reaccionar, tenemos que reaccionar con prontitud.
Esta caminando en la Asamblea Legislativa el proyecto de ley finalmente para poder sancionar las faltas menores y las contravenciones. Desde hace ocho años en Costa Rica hay impunidad, desde hace ocho años en Costa Rica cualquiera puede robar todos los días, hurtar todos los días la mitad de un salario mínimo y nada le pasa, puede infringir heridas por nueve días, todos los días y nada le pasa. Eso no está bien, cuando eso ocurre los ciudadanos sienten que no tienen protección.
Hemos venido peleando por eso desde principio de este Gobierno para tener nuevas armas, nueva legislación, porque tenemos más policías, tenemos mejor policía, tenemos policía más profesional, tenemos policía fuera de los cuarteles, tenemos policía equipada, pero necesitamos leyes para tener instrumentos adecuados.
Yo con todo cariño y respeto quiero aprovechar la presencia aquí de un magistrado muy distinguido y muy querido, don Jorge Rojas, que además lleva la coordinación de la Corte con la OIJ y con el Ministerio Público y pedirle a don Jorge que la Corte le haga una instancia a los jueces para que se evite la impunidad.
Mire don Jorge, vea que casos más terribles estos que le voy a leer:
William Carpio Quesada, la policía lo ha arrestado en 12 ocasiones en los últimos seis meses, por asaltos y robo. Lo atraparon en promedio cada quince días y lo seguían atrapando porque era liberado y podía salir nuevamente a cometer delitos y a perturbar a las personas buenas y honestas.
Esto no puede seguir ocurriendo. Que hacemos nosotros con capturar a una persona cada quince días, si sigue estando en la calle, donde están nuestro jueces, que está ocurriendo, por que los jueces prefieren a los delincuentes que a los ciudadanos decentes.
Joseph Fallas Cordero, lo arrestaron en ocho ocasiones por robos a establecimientos, la mayoría en esta zona, entre las avenidas primera y segunda. Las capturas se realizaron increíblemente en solo 42 días, ocho veces en 42 días. Cada cinco días lo atrapaba la policía, y volvía a quedar libre.
En tres meses a Rigoberto Baltodano Alemán, lo capturaron en cinco ocasiones por asaltos a personas entre la Catedral y el Parque de La Merced, cinco veces capturado en tres meses.
En menos de cuatro meses a Jorge Araya Vargas, lo arrestaron en seis ocasiones por robos, daños y delitos contra la propiedad.
A Miguel Díaz Cedeño, lo arrestaron en cinco ocasiones, en seis meses por asaltos a personas, robos en casas y establecimientos comerciales.
Así podría seguir con una larga lista de individuos que viven en la impunidad, que se roban algo que vale tanto para un costarricense como la mitad de un salario base, sin que nada le pase. Y esta situación no puede continuar arrancándonos la tranquilidad, es importante cerrar esa posibilidad, ese portillo que queda abierto y que fomente más y más la impunidad.
Por eso le hago un llamado con todo cariño y respeto a las señoras y señores diputados, aprobemos pronto la ley que establece los delitos contra las faltas y contravenciones, que haya penas en esos casos, que en faltas y contravenciones hayan penas adecuadas y que cuando haya reincidencia que haya cárcel, no me vengan con el cuento de que donde vamos a conseguir los campos en las cárceles, eso es responsabilidad del ejecutivo y nosotros lo estamos cumpliendo y estamos desde principio de este Gobierno construyendo cárceles y vamos a seguir construyendo cárceles porque los sinvergüenzas a las cárceles, para que los ciudadanos decentes podamos andar libres en la calle.
Muchas gracias