Discurso del Presidente de la República de Costa Rica, Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, en la inauguración de la Feria de David, Panamá
Jueves 15 de marzo de 2001.
Muy buenas noches, querida señora Presidenta de la República de Panamá, doña Mireya Moscoso, señor Arturo Ballerino, Vicepresidente de la República de Panamá, Monseñor José Luis Lacunza, Obispo de David, ingeniero Pedro Arán Ordón, Ministro de Desarrollo Agropecuario, Lic. Miguel Ángel Fanovich, Gobernador en Chiriquí, señora Alcaldesa del Distrito de David, señores ministros, ministras de Panamá, Cuerpo Diplomático, Cuerpo Consular. Amigas y amigos, todos.
Antecedido por el dulce cantar y el colorido de los trajes típicos de mi país, y entusiasmado por el calor humano que se respira aquí en David, les traigo de los ticos un abrazo sincero y un mensaje de amistad.
¡Qué lindo es estar aquí en David!. Con razón que celebran ustedes la Cuadragésima sexta Feria. ¡Qué lindo es poder compartir con mis hermanos panameños la inauguración de esta nueva versión de esta Feria Internacional!. Los costarricenses siempre en Panamá nos sentimos en casa y tengo que agradecerle eso a todos ustedes. Pero muy en especial a usted Señora Presidenta, por su gentileza en invitarme.
Saben, estar en Panamá es siempre una magnífica experiencia.
Este es un país realmente bello y aún más bella es la hermandad que nos profesamos, la armonía de nuestras relaciones y el amor que como pueblo nos tenemos. Somos un puente natural de dos Américas. Somos dos pueblos que amamos la paz y que por ello no tenemos ejército. Somos dos naciones comprometidas con el desarrollo humano de nuestras gentes.
Participar hoy en la inauguración de esta Feria Internacional tiene un especial significado para nuestros países. Hace 60 años exactamente, durante la Presidencia de dos grandes hombres: don Rafael Ángel Calderón Guardia y don Arnulfo Arias, firmamos Panamá y Costa Rica nuestro tratado de límites. Sesenta años de convivencia civilizada, armonía, paz y desarrollo conjunto en nuestras fronteras. Sesenta años de construir juntos el bienestar y el progreso de nuestros pueblos.
Hoy le comentaba a la señora Presidenta que no hay frontera más armoniosa y pacífica en el Continente Americana que esta frontera que nos une a costarricenses y panameños.
Costa Rica y Panamá: paz, democracia y desarrollo humano. Relaciones bilaterales igualitarias, de buenos vecinos, marcadas por el indiscutible sello de la cooperación.
Amigas y amigos panameños y extranjeros:
Para los costarricenses es hermoso encontrarnos con este país hermano, al que nos une tantos recuerdos gratos y jornadas de provecho para el bien de todos.
Esta Feria Internacional de David muestra elementos básicos que han hecho tan fructífera la relación entre panameños y costarricenses. Esta feria nos recuerda la importancia del intercambio entre las personas y entre los países para alcanzar niveles superiores de desarrollo humano. Y nos recuerda además, que entre Panamá y Costa Rica el comercio ha sido una constante histórica.
Así, como socios naturales, con economías que se complementan, llegamos a firmar en 1973 un tratado que ha sido el marco para el comercio de bienes por casi tres décadas. Un tratado que responde a su época, que rindió sus frutos, pero que hoy nos corresponde actualizar como parte del proceso natural de revisar y mejorar las cosas.
Nos corresponde adaptar el marco que regula las relaciones económicas bilaterales, para que respondan a las necesidades actuales, a las transformaciones de este fin y principio de siglo que hemos visto con especial asombro.
Para los costarricenses es un paso trascendental haber reanudado la negociación del Tratado de Libre Comercio con Panamá hace un año. Estamos optimistas por los avances logrados y reiteramos el apoyo a las negociaciones de la parte normativa, que se están realizando en su sétima ronda esta misma semana, aquí en Panamá. Esperamos que en la reunión de Viceministros y de Ministros que le sucederá a partir de mañana a la de nivel técnico, pueda ojalá concluirse esta primera etapa.
Costa Rica por su parte está lista para iniciar en las próximas semanas, la segunda etapa de negociación correspondiente al acceso a mercados, tanto de bienes como de servicios.
Muy querida Señora Presidenta:
Tenemos el reto de concretar un Tratado de Libre Comercio con disciplinas modernas y que permita desarrollar las posibilidades de integración que presentan nuestras economías. Un nuevo tratado que garantice mejores condiciones de acceso a mercados, con regímenes arancelarios preferenciales. Que ofrezca a nuestros empresarios reglas claras y mecanismos de solución de controversias. Que brinde protección a las inversiones y estímulos para el mejoramiento de la competitividad, mejores empleos para nuestros trabajadores y mejores oportunidades de consumo para nuestros consumidores, para que genere un efecto "sicológico" positivo en la atracción de inversión y en la promoción del comercio.
Tenemos el reto de conseguir que los panameños y los ticos nos beneficiemos, lo antes posible, de un mayor intercambio económico.
Gracias al trabajo de nuestros equipos con éxito se va avanzando en la negociación de la parte normativa del TLC. Gracias a su liderazgo, Señora Presidenta Moscoso, espero que en pocos días nuestros países inicien la negociación bilateral de los aspectos específicos para su aplicación.
Así construiremos nuestro desarrollo humano juntos, como pueblos con la mirada puesta al horizonte, que se integran al mundo, que participan en la construcción de un orden global más libre y competitivo para que sea más humano, cuyo lenguaje común son las oportunidades que vienen con el comercio, la inversión, la transferencia de la tecnología y la inversión en el capital humano de las personas.
Para mi pueblo, esta feria representa poder acercarnos a nuestros vecinos y hermanos, con quienes compartimos sueños, retos y esperanzas. Con quienes compartimos historia, lengua, cultura, tradiciones y geografía. Pero sobre todo, esta es una valiosa ocasión para reafirmar el compromiso de todos con el desarrollo humano; el compromiso de trabajar juntos, Doña Mireya Moscoso, hombro a hombro, por el bien de los panameños y costarricenses.
Muchas gracias por el honor de permitirme compartir esta noche con ustedes.