Discurso del Presidente de la República, Miguel Angel Rodríguez, durante la segunda reunión de la Comisión  Interamericana de Puertos

10 de setiembre de 2001.

Señoras y señores:

Una bienvenida muy calurosa para los visitantes que honran nuestra patria con su presencia, con motivo de esta conferencia y un saludo respetuoso y cariñoso para todos ustedes.

Los costarricenses somos conscientes de que la reforma de Estado que hemos venido acometiendo desde principios de los años ochenta, con la crisis de la deuda externa latinoamericana, ha carecido de una modernización adecuada de nuestro sistema portuario. Nos honramos de tener en nuestro Escudo Nacional los dos mares y un buque en cada uno de ellos, pero no le hemos dedicado durante las últimas décadas la atención debida a hacer que esos buques que navegan los mares puedan, de una manera adecuada, intercambiar con los transportes terrestres.

Por eso hemos venido enfrentando este tema durante los últimos años con seriedad, conscientes de la lentitud en los procedimientos de transformación que se venían teniendo en el país; conscientes también de la necesidad de una mucho mayor inversión en la infraestructura portuaria nacional y de una modernización profunda de todos los procedimientos de manejo, para poder disminuir los costos, acelerar los tiempos y poder brindar los servicios de calidad que requiere este siglo XXI de la globalización.

Hemos acometido el atraso pasado en la inversión, con un aumento muy sustancial en los volúmenes de inversión en este Gobierno. En el Atlántico las obras terminadas y las obras que están en curso para ser terminadas durante esta Administración representan una inversión superior a los 12.500 millones de colones; que significa un 60% más en términos reales que la inversión llevada adelante en esos puertos en los cuatro Gobiernos anteriores.

En Caldera y Puntarenas llevamos ya una inversión superior a los 5.000 millones de colones, que es del mismo orden de magnitud de la inversión realizada en esos últimos 16 años en esos puertos, incluyendo la construcción de la nueva terminal para cruceros en Puntarenas.

De manera que hemos podido en tres años hacer muchas veces más de lo que se venía haciendo en casi dos décadas. Pero estamos conscientes de que eso no es suficiente. Un país pequeño como Costa Rica, un país con una economía con una vocación a la apertura, un país que pudo transformarse en la primera mitad del siglo XIX gracias a haber llevado el liderazgo en el establecimiento del mercado internacional de café, décadas antes que países hermanos mucho más grandes. Un país que tiene un 80% de apertura, pues las exportaciones y las importaciones conforman el 80% de nuestro PIB, requiere de vías de comunicación muy adecuadas. Y si a esto añadimos que este es un país también que en los últimos años viene viviendo un rápido y acelerado crecimiento del turismo, es un país que requiere de puertos trabajando en óptimas condiciones, lo cual no ha sido la realidad de lo que tenemos y lo cual más bien nos coloca en condiciones en las que los costos de operación de los puertos se convierten en una grave limitación parea el crecimiento de nuestra economía.

En general Centroamérica, desdichadamente todos los países andamos con costos de transporte, según estudios del INCAE, aproximadamente un 37% superiores a otras regiones del mundo; lo cual significa que estamos siendo poco competitivos en una de las áreas en las que más competitividad debemos tener dado el tamaño tan pequeño de nuestras economías y la necesidad imperiosa que tenemos de contar con costos bajos de transporte para poder desarrollarnos adecuadamente.

Por otra parte también somos conscientes, aunque a muchos nos gusta olvidarnos de ello, de que los recursos son escasos. El colón, el quetzal, el dólar, el peso, que invertimos en puertos es un dólar, quetzal o peso que no invertimos en escuelas, o en salud, o en carreteras, o en seguridad ciudadana, o en programas de vivienda. Cada vez que tomamos la decisión de hacer algo, tomamos al mismo tiempo la decisión de no hacer las cosas alternativas que con esos mismos recursos pudimos haber hecho. Y en este mundo de escasez en el que vivimos, es necesario buscar formas novedosas para poder llevar adelante los proyectos. Tenemos que invertir cada vez más en educación, tenemos que invertir cada vez más en salud, tenemos que invertir cada vez más en seguridad ciudadana, tenemos que invertir cada vez más en el mantenimiento de nuestra infraestructura vial, y tenemos que invertir cada vez más en programas de apoyo para la gente que, por distintas circunstancias se ha quedado en condiciones de pobreza y requiere que se le abran oportunidades. Y todo hace que tengamos que buscar alternativas de inversión que nos permitan llevar adelante una cantidad mayor de obras y esto nos obliga a unirnos a los sectores privados y a buscar la inversión privada.

En este sentido el Gobierno inició un análisis profundo del sector portuario a efectos de identificar las mejores opciones de modernización, basadas en los siguientes principios:

  • la utilización optima del marco jurídico vigente en el país para facilitar la participación del sector privado en las actividades portuarias.
  • la identificación de la situación existente en el sector, contrastándolo con las necesidades nacionales y estándares internacionales.
  • la identificación de las oportunidades del comercio portuario.
  • posibilidades de inversión para el sector privado ante las restricciones estatales en la materia.
  • mejora de la calidad de los servicios.
  • la reconversión laboral, políticas de mitigación, formación, especialización y empresarial.
  • la adaptación institucional del sector a través de una organización eficiente y moderna.

Luego de más de un año de estudio bajo asistencia de expertos internacionales, se estructuraron los negocios portuarios en el litoral pacífico con potencial de participación del sector privado, esos son:

La construcción y operación de una terminal especializada en el manejo de granos y graneles secos bajo la modalidad BOT (build, operate and transfer) en concesión por 20 años, así como una terminal especializada en el trasiego de atún. El manejo de los servicios portuarios en las terminales de Puntarenas (atención a cruceros) y Caldera (carga general y contenedores), y los servicios de remolcadores para toda la vertiente, mediante la modalidad de gestión de servicios públicos.

El 30 de agosto 2001 se recibieron ofertas de empresas nacionales e internacionales respondiendo a los respectivos concursos. Se recibieron cuatro ofertas para el concurso de gestión de Servicios de Remolcadores, dos ofertas para el concurso de gestión de Servicios de carga general y de contenedores de Caldera y una oferta para la construcción de una nueva Terminal para el manejo de los granos en el Pacífico. Mientras que, las invitaciones para la construcción y operación de la terminal atunera y para la gestión de los servicios portuarios en Puntarenas, no encontraron eco en esta primera iniciativa de concesión. Sin embargo, el Gobierno estudia diferentes opciones para dar en gestión también estas unidades de negocio, sea a través de un nuevo llamado o mediante la contratación de servicios conforme a las modalidades previstas por la legislación costarricense en la materia. Para los proyectos que se recibieron propuestas, se prevé iniciar el proceso de adjudicación hacia finales del presente mes.

Como resultado de estas adjudicaciones, Caldera podrá contar con importantes inversiones durante los próximos años, principalmente en infraestructura portuaria y su equipamiento. Hablamos de inversiones y mejoras por mas de US$30 millones, y otro monto similar en equipamientos. Las cuantías exactas serán conocidas hacia finales del presente mes, cuando sean presentados los respectivos planes de inversión de cada concesionario.

Con los recursos que se estarán obteniendo por la entrega de las instalaciones actuales, el Gobierno negoció con los sectores laborales un sistema de pago de compensaciones, que nos servirá de modelo para muchas otras actividades, para poder encontrar maneras adecuadas con las cuales conciliar los distintos intereses, que tome a todos en cuenta, porque todos se manejan dentro de las mismas condiciones de escasez, con que se manejan las situaciones económicas.

Acordamos con los trabajadores la mejor forma para que se retiraran de los puertos como empleados del Estado y vieran su futuro como empleados de una empresa privada o como microempresarios en actividades conexas. Fue así como logramos un acuerdo después de 18 meses de negociar, que nos permitió iniciar los procesos licitatorios. En este esfuerzo hemos contado con el enorme apoyo de las organizaciones laborales y de entes internacionales como lo es el caso del Banco Mundial, ya que nos hemos nutrido de la experiencia de otros países.

Ahora, los trabajadores, aprovechando los procesos de reconversión laboral, se encontrarán ante nuevas oportunidades de negocio mediante su organización en pequeñas y medianas empresas y su participación activa en los negocios relacionados con la actividad portuaria o continuando operaciones en el muelle.

Al final de camino, la Vertiente del Pacifico contará con facilidades portuarias modernas y equipadas con recursos humanos y materiales idóneos para responder a los tráficos marítimos de los próximos años. Con ello se logrará no solo un mayor desarrollo regional, que atraerá muchos empleos conexos a la zona del Pacífico; sino una mayor competitividad de nuestra economía con el fortalecimiento de los puertos para su inserción en las cadenas logísticas del comercio regional.

Permítanme reiterar la alegría que sentimos los costarricenses por la presencia de cada uno de ustedes en el país. Esperamos que los frutos de esta segunda conferencia sean muchos y espero también en lo personal, que su estadía sea muy placentera en nuestra patria.

¡Muchas gracias y sean bienvenidos!


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