Discurso del Presidente de la República, Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, en la presentación de la Agenda Nacional para la Niñez y la Adolescencia 2000-2010
Lunes 18 de setiembre del 2000
Muy buenos días.
Sólo son prósperas las naciones que reconocen como prioridad fundamental a su infancia. Allí donde las niñas y los niños tienen caritas felices.
Sólo prosperan los países donde niños y jóvenes gozan por completo de sus derechos. Allí donde se les brinda amor, se les permite ser creativos, seguros de sí mismos, y se les enseña a ser solidarios, con vocación hacia el trabajo, la paz y la práctica de los valores del humanismo.
Costa Rica aspira a ser y puede ser una nación próspera. Por eso, su prioridad fundamental es su infancia. Un país en el que todos trabajamos para que nuestras niñas y niños tengan caritas felices.
Por eso, en nombre de nuestras niñas, niños y adolescentes, hemos convocado hoy a todos los sectores del país para que juntos suscribamos y nos comprometamos a hacer realidad la Agenda Nacional para la Niñez y la Adolescencia.
Una Agenda que representa la decisión de nuestro país de otorgarle indiscutible prioridad a sus necesidades, derechos y oportunidades. Una Agenda que hace gala de nuestras mejores tradiciones: la previsión y la responsabilidad.
Una Agenda con la que hoy asumimos un compromiso: el compromiso, para el año 2010, de no permtir en Costa Rica una sola niña o un niño que nazca en condiciones de privación, pobreza, ausencia de afecto y carencia de oportunidades.
Que no haya una sola niña, niño o adolescente víctima de la agresión, del abuso, del abandono o del maltrato.
Que todos tengan acceso a la educación, a las oportunidades de surgir y superarse. Que en este país, a cada mujer y cada hombre, se les respeten y garanticen sus derechos fundamentales. Y que todos y cada uno de nuestros niños, niñas y jóvenes, de hoy y de mañana, puedan hacer realidad sus sueños.
Para cumplir en el 2010 con las metas de la Agenda, nuestro país adquirió primero el compromiso con la vida. En este país, protegemos a la vida antes de nacer. Y mientras que cada año en el mundo mueren 11 millones de niñas y niños menores de cinco años por causas previsibles, en nuestro país la mortalidad infantil disminuyó un 17% durante los dos últimos años, siendo del orden de 11.7% y continúa descendiendo.
Prestamos especial atención a los niños y niñas menores de cinco años, para lo que desarrollamos el programa "De La Mano", para promover su estimulación temprana. Con este programa, desde su nacimiento, nuestra niñez recibirá los estímulos que le permitirán desarrollarse de manera plena y con igualdad de oportunidades.
Otras iniciativas a favor de nuestra niñez comprenden la estrategia nacional para erradicar el trabajo infantil; la ley que castiga la explotación sexual de las personas menores de edad; el apoyo que desde el Gobierno le damos al Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia, en la definición de políticas de infancia y los avances en las propuestas de marco legal nacional, como el Proyecto de Ley de "Agilización de los Procesos de Filiación y Fomento de la Paternidad Responsable", iniciativas todas que rescatan el interés superior de las personas menores de edad.
Nuestros esfuerzos van más allá. En tanto 130 millones de niñas y niños no tienen acceso a la educación primaria y que por la desigualdad de género millones de mujeres ven atropellado su derecho a educarse, en Costa Rica tenemos solo un 4,4% de analfabetismo y nos llena de alegría saber que es aún menor entre las mujeres.
En este año, estamos entregando casi 100 mil bonos para la educación y más de 23 mil becas, lo que contrasta con 1997, cuando no había bono para la educación y las becas eran un poco más de 11 mil. Y hemos garantizado que esas ayudas lleguen a los estudiantes con mayor riesgo de abandonar sus estudios.
Los resultados de ese esfuerzo, son ya palpables. En este año la cobertura de secundaria alcanzó un 67,4 por ciento. Esto sin añadir los 9 mil estudiantes que habían desertado y que hemos incorporado a las nuevas oportunidades de educación secundaria en los últimos 7 meses. A esto se suma que en 1999 logramos reducir la deserción escolar en un 11 por ciento y que este año los índices de repitencia se redujeron un 13% en comparación con el año anterior.
Todo esto significa que hoy día son más las niñas, niños y jóvenes que están en clases, como debe ser, y no en sus casas o en las calles. Significa que miles de niñas, niños y jóvenes más están hoy teniendo la oportunidad de estudiar para superarse, lo que es prueba fehaciente de una sociedad de oportunidades y equidad para todos. Una sociedad que prioriza sus recursos y los dedica a lo más importante, a la educación. Una sociedad que quiere que todas sus niñas y niños tengan caritas felices.
Porque queremos que todos nuestras niñas y niños tengan caritas felices, en el marco de la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Personas con Discapacidad y a la Normativa y Procedimientos para el Acceso a la Educación de los Estudiantes con Necesidades Educativas Especiales, hoy, miles de niños y niñas que presentan alguna discapacidad asisten a la escuela.
Para 1999, logramos atender en las aulas de educación regular a un total de 61.354 estudiantes con algún tipo de adecuación o apoyo específico, ya sea en la modificación de los objetivos y contenidos de los programas, en los tiempos de rendir pruebas, o bien en la comunicación. Y ese mismo año, 18.557 estudiantes asistieron a servicios de educación especial, como es el caso de escuelas de educación especial y aulas integradas.
Este proceso de integración a la educación regular continúa tomando fuerza gracias a que pronto contaremos con un Departamento de Deficiencias Visuales en la Escuela Centeno Güell, del que ya colocamos la primera piedra, el cual es parte de un proyecto global de mejoramiento no sólo de la infraestructura de esta Escuela que alberga a más de 600 estudiantes con diferentes discapacidades, sino que culminaremos con la creación del primer Centro de Recursos en el país.
El nuevo Centro de Recursos dará la asesoría necesaria a maestros, profesores y padres, para que otros estudiantes con discapacidad puedan permanecer en centros educativos no segregados y así lograr una real equiparación de oportunidades, pues la limitación no es no poder ver, andar o escuchar, la limitación real es carecer de oportunidades de desarrollo.
Por ser la familia es la protectora natural de la niñez, esta Agenda es también por ella. Las niñas, los niños y adolescentes necesitan del amor de su familia. Nada puede sustituir la seguridad que transmite el abrazo afectuoso de una madre y un padre y los valores que se enseñan desde la primera infancia y que nos acompañarán toda la vida.
Porque queremos en una familia a los niños y niñas abandonados y en riesgo social, vemos la adopción como una alternativa real. De ahí nuestro interés de que la adopción sea rápida, temprana y a la menor edad posible, privando siempre el interés superior del niño sobre cualquier otro interés, a fin de que nuestros niños estén en familias, en hogares, y no en instituciones.
Por eso, es tan importante educar en valores a nuestra la población adolescente. El programa "Amor Joven", que coordina Lorena," le enseña a nuestras adolescentes y muchachos sobre la responsabilidad que implica la maternidad y la paternidad, y de la trascendencia de aprovechar su juventud. Mientras que el programa "Construyendo Oportunidades" ayuda a la madre adolescente para que ésta pueda progresar y brindarle más oportunidades a su hijo.
Todas estas conquistas nos alientan para seguir adelante y nos acercan más a las metas del 2010. Pero sabemos que todavía nos falta mucho, muchísimo por hacer. Mientras haya un niño con una carita triste, mientras haya una niña que no pueda ir a la escuela, mientras haya niños menores de 15 años que tengan que trabajar, mientras haya una adolescente que sea madre por ignorancia y por engaños, o un adolescente víctima de las drogas o una jovencita o un niño siendo explotado sexualmente por comerciantes y abusadores, no nos podemos detener.
Como les dije principio, al presentarles hoy a los costarricenses la Agenda Decenal a favor de las personas menores de edad, estamos asumiendo un compromiso con la Patria Joven. De ahora en adelante no hay excusa. El camino para alcanzar nuestras aspiraciones, está marcado y definido.
Costa Rica quiere que sus hijos e hijas tengan caritas felices. Tenemos un plan, una visión compartida y el firme propósito de trabajar por nuestra niñez y adolescencia. Ellos son el presente. Ellos son el hoy. Y a todos ellos nos debemos.
Esta Agenda no puede ser un pliego de buenas intenciones que quedarán en el aire. La Agenda representa la decisión de todos de hacer realidad lo que ahí se consigna.
Agradezco a todas y todos los que a lo largo de estos meses contribuyeron con su trabajo para que esta Agenda contemplara las aspiraciones de todos los costarricenses en materia de infancia y adolescencia. Muchas gracias a las niñas, niños y jóvenes que nos contaron sus sueños y sus deseos.
Con profundo respeto hemos tomado como nuestros esos sueños y para cumplirlos comprometemos nuestro trabajo.
Agradezco a las instituciones públicas, especialmente al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, por su aporte en este proceso. Muchas gracias a las organizaciones de la sociedad civil, al sector empresarial y laboral y a las comunidades de nuestro país que respondieron de manera comprometida y franca a este llamado nacional.
Muchas gracias a todos los sectores que hoy suscriben esta Agenda. A las empresas, organizaciones comunitarias y de la sociedad civil; Juntas de Protección a la Niñez y la Adolescencia; iglesias; gobiernos locales; instituciones educativas y colegios profesionales, así como partidos políticos, cooperativas, sindicatos, grupos solidaristas, a la Asamblea Legislativa, al Poder Judicial y al Tribunal Supremo de Elecciones.
El documento que hoy suscribimos es solo un principio, una verdadera "agenda", igual a la que se aprueba al inicio de cualquier reunión, para que todos estemos de acuerdo en los puntos que vamos a abordar. Pero después de estar de acuerdo con esos puntos, viene el verdadero trabajo, el trabajo enorme de convertir esa "agenda" de intereses comunes, en una verdadera realidad.
Ahora, todos nosotros, empeñemos nuestros esfuerzos para cumplir las metas definidas en la Agenda, y hagámoslo con entusiasmo.
Hagámoslo con entusiasmo para que lo mejor de esta tierra sea siempre para nuestras niñas, niños y adolescentes. Vale la pena este esfuerzo. Porque queremos ver cientos de caritas felices, optimistas y deseosas de descubrir y crear. Porque queremos que cientos de muchachas y muchachos se sientan entusiastas y alegres. Vale la pena este esfuerzo… porque ellos son lo que más queremos. Porque Costa Rica aspira a ser y puede ser una nación próspera. Muchas gracias.