Discurso del Presidente de la República, Miguel Ángel Rodríguez, durante la presentación de las políticas para Fomento de la Paternidad Responsable.
Miércoles 19 de diciembre, 2001
Señor Presidente de la Asamblea Legislativa, señora Ministra de la Condición de la Mujer, señora Presidenta del PANI, señor Viceministro de Trabajo, compañeros de las Juntas Directivas del INAMU, del PANI y de las universidades.
En primer lugar una palabra de gratitud para todos los que han venido trabajando con estos temas en los últimos años. Una palabra de gratitud porque este es un esfuerzo difícil, complicado, de largo plazo, en el cual se necesita constancia, perseverancia para lograr poco a poco el éxito.
Me voy a separar de las líneas que tenía preparadas, me parece que ya hemos oído los temas técnicos, y quisiera más bien conversar no para las personas que están aquí que saben de esto mucho más que yo, sino para los amigos y amigas de la prensa. Para tratar de convertir en algo más cotidiano, más cercano de que se trata esto. Sé que ustedes me van a poder permitir que haga una interpretación de que se trata esto.
Tenemos un problema serio en la sociedad costarricense y en la Latinoamericana; es la falta de apoyo de los padres varones a sus hijos, falta de apoyo que resulta en una cantidad inmensa de hogares donde el peso total económico, afectivo, educativo, de conducción recae sobre la mujer.
Eso ha ido constituyendo hogares con carencias muy fuertes en la formación de los roles adecuados de las personas, en la capacidad de prever las necesidades materiales de los hijos, la capacidad de pasar entre generaciones los valores de la sociedad.
En Costa Rica el problema se nos fue haciendo de tal magnitud que creímos que teníamos que tomar una acción, y la tomamos con innovación, liderazgo, pionera en el mundo, salvo el caso de Portugal ningún otro país había tratado de hacer legislación de este tipo.
Y hemos hecho un cambio para cambiar el Derecho Romano del Siglo II A.C. en el que esta basado todo el derecho de familia, basado en un supuesto en que los hijos que nacen de matrimonio, son hijos del padre que es el marido, los hijos que nacen fuera del matrimonio son hijos de la madre y si padre nos los reconoce no tienen un reconocimiento.
El cambio es simplemente llevar ese supuesto del Derecho Romano un poco más allá, es decir, igual que en el caso del matrimonio que se supone que son dos los padres, los hijos fuera del matrimonio se van a suponer que son hijos del padre, que la madre diga que es el papá.
Y hoy contamos con un mecanismo técnico; las pruebas de ADN que le permite al padre en el área administrativa impugnar esa situación para que no se inscriba su nombre si se somete a una prueba del ADN y resulta que no es el papá.
Y ese es un cambio fundamental y muy sencillo de derecho de familia, pero es un cambio que hace que aquí en adelante las responsabilidades estén mucho más cerca de los hombres. A través de la historia de la humanidad uno de los temas más importantes permanentemente es lograr que la gente asuma la responsabilidad de sus actos.
Los seres humanos tenemos una tendencia a tratar de no aceptar las responsabilidades de nuestros actos, siempre son los demás, las circunstancias o lo que ocurrió. Nosotros tratamos de evadir las responsabilidades porque eso nos hace enfrentarnos con nosotros mismos, y además nos obliga a enfrentarnos con las consecuencias de nuestras acciones, de manera que hay una tendencia nacional a tratar de evitar las responsabilidades. En buena medida la ética lo que nos hace es asumir las responsabilidades de nuestras acciones y el derecho lo que hace es establecer mecanismos para en la parte externa, la parte de la sociedad, poder establecer las responsabilidades a esas acciones.
Aquí estamos pasando de la ética al derecho, al establecer la obligación de esa responsabilidad de una manera mucho más eficiente y eso es un avance extraordinario que a largo plazo van a tener unas consecuencias inmensas, porque cuando las responsabilidades se establecen la gente aprende a actuar de acuerdo a esas responsabilidades. Si yo puedo andar en la calle por San José botando basura y nada me pasa, entonces la gente bota basura en la calle de San José, si yo estoy en Nueva York y si boto basura me ponen una multa de 500 dólares, la gente misma que bota basura en San José no bota basura en Nueva York, porque hay una responsabilidad objetiva que se le pone.
Entonces el hombre que se ha acostumbrado a pensar que puede dejar hijos regados sin ninguna consecuencia en su vida sin asumir internamente lo que eso significa, considerando tal vez que esa es una manera de demostrar su fortaleza física, pues entonces simplemente ahora va a encontrarse que si actúa de esa manera, va a acabar obteniendo la objetiva responsabilidad de sus acciones y de sus hijos, y eso va a cambiar la forma de actuar, definitivamente, la transformación y la forma de actuación que esto va a dar es enorme.
Y hasta allí diría que es esto tiene una transcendencia increíble, la sociedad va a tardar muchos años en darse cuenta el impacto que significa la ley de Paternidad Responsable. Pero evidentemente, no es suficiente.
Porque la paternidad no es simplemente ser responsable en lo que me obliguen de ser responsable como padre y tener que proveer junto con la madre económicamente a su crianza. La paternidad es mucho más, es afecto, es liderazgo, es transmisión de valores, es compartir, es vivir juntos y todo eso requiere un cambio cultural muy profundo, que no se va a dar de la noche a la mañana, pero que se necesitan políticas públicas en el campo de la salud, de la educación, de la organización de todas las actividades gubernamentales para que vayamos creando consciencia de eso, y para que rompamos los roles y paradigmas del pasado de un padre seco que no besa a sus hijos, que no siente ternura que no le cambia los pañales, que no le da de comer, a un padre que besa, acaricia, abraza, quiere, siente, llora, cambia pañales, cambia la caquita, les da de comer, les da la leche y entonces es un padre que tiene una manera de actuar distinta.
Eso no va a pasar porque adoptemos unos principios y digamos que va a hacer así, esos son cambios culturales, son cambio de acción. Pero va a pasar más lentamente y más difícilmente que si lo promovemos, que si ayudamos a que se haga y de eso se tratan esas políticas públicas. Es de ver en como ayudamos a que eso que va a pasar, que pasará en el tiempo, porque esa es la transformación a la que vamos, ocurra de una manera más fácil, más rápida, más expedita y con mayor consciencia, y de eso se trata esto de armar estas políticas públicas.
Esto es muy importante, y son de esas cosas que se hacen en sociedad, que no se miden en kilómetros de carreteras, ni en números de alumnos saliendo de sexto grado, ni se miden en número de prescripciones en las clínicas, ni se miden en número de policías en las calles, si no que se miden en cambios culturales muy profundos.
¿Sin la Ley de Paternidad Responsable estas políticas públicas serían buenas? Si serían muy buenas, pero probablemente muy pocos eficientes y tardarían muchísimo tiempo en tener efecto. Ahora van a hacer eficientes y van a tener más tiempo de efecto porque los valores van a tener la espada por encima, de que si engendra se va a hacer responsable de lo que se engendre y ese es el cambio fundamental.
Y ahora que de verdad hay una situación objetiva, real, que va crear una gran transformación, teniendo información cercana, con promoción de cambio de valores y actitudes, y esto se vuelve mucho más eficiente y efectivo, y entonces vale la pena dedicarle recursos a eso.
Muchas gracias a todos los que han ayudado a establecer estos lineamientos de políticas públicas y ojalá que todas las instituciones tengan plena consciencia y todos los funcionarios, pues las prohibiciones no existen si no obedecen la consciencia de las personas que trabajan en ellas, que todas las personas que trabajamos en las instituciones tengamos consciencias de lo mucho que podemos hacer para facilitar este extraordinario campo cultural, en el cual Costa Rica es líder en el mundo, como lo ha hecho en tantas otras cosas a través de nuestra historia.
Este es otro caso en que este pequeñito país puede darle ejemplo al mundo de lo que hay que hacer, y por eso es tan importante de que tengamos orgullo de lo nuestro, orgullo de ser costarricenses, orgullo de las transformaciones que podemos hacer en lugar que nos bajen la cabeza haciéndonos creer que somos unos inútiles, incapaces de hacer las cosas.
Un país que ha logrado lo que ha hecho en educación, en salud, en ambiente, en derechos humanos, en democracia, en comercio internacional; es un país que de verdad puede hacer las cosas y aquí lo estamos demostrando una vez más en este campo de luchar por la responsabilidad de los padres, de luchar por la paternidad responsable. Muchas gracias.