Discurso del Presidente de la República Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, durante la inauguración del nuevo edificio del Departamento de Deficiencias Visuales. Centro de Enseñanza Especial Dr. Fernando Centeno Güell.
03 de octubre de 2001.
Muy buenos días para todos ustedes.
¿Qué tienen en común el famoso físico Stephen Hawking, el maestro de la música clásica Ludwig Van Beethoven y el atleta costarricense Laurens Molina? Sí, ya todos ustedes lo saben. Todas estas personas son personas que presentan una discapacidad. Todos son seres humanos que crean, se superan, nos enorgullecen y triunfan y que han contribuido con su valioso aporte al progreso de sus familias, de su Patria y de la humanidad.
Nacer o adquirir una discapacidad no es el mayor problema que enfrenta un ser humano. Es la falta de oportunidades, las barreras físicas y psicológicas que le impiden desarrollarse. Las familias costarricenses que tienen hijos o hijas con una discapacidad lo saben muy bien. Saben que cuando salen del grupo familiar sus hijos o hijas, no todas las puertas de la sociedad están abiertas de par en par para ellos.
Pero estas familias también conocen quiénes son sus hijos, cuán maravillosos son, cuánta creatividad, sabiduría y deseos de luchar tienen. Saben que cada día que pasa sus vidas son un testimonio de la parábola de los talentos y que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros.
Ha sido difícil, mucho, pero en este proceso de lucha por incorporar a sus pequeños y pequeñas a una sociedad que debe abrazarlos en sus diferencias y valorar su diversidad, estas familias han crecido espiritualmente. Sus lazos generalmente son mucho más fuertes y conocen cuánto se puede llegar a amar a un ser humano.
Ese mismo amor es el que ha hecho que obras como la Escuela Fernando Centeno Güell, se convirtieran en una realidad en 1940. Ese mismo amor es el que ha impulsado a Lorena, y a todo un grupo de personas y empresas, como Procter & Gamble, y a muchas más, a levantar este nuevo edificio de Deficiencias Visuales que hoy inauguramos.
Un nuevo edificio que hemos visto levantarse poco a poco, como poco a poco hemos logrado nuestro convencimiento sobre la igualdad. Paso a paso muchos han ayudado a construirlo y simboliza el nuevo paradigma en torno a la discapacidad que debe primar en nuestro país. Un paradigma que reconoce en la diversidad de los seres humanos nuestra mayor riqueza y fortaleza. Un paradigma que esta Administración ha acogido con la certeza que no debe permanecer únicamente por cuatro años, sino por siempre. Los y las costarricenses debemos vivir en armonía unos con otros.
Compartimos y fomentamos que nuestras niñas y niñas con discapacidad tengan el derecho a ser educados ya no en centros segregados, sino en escuelas regulares con adecuaciones necesarias. Estas escuelas contarán pronto con el apoyo que les brindará el Centro Nacional de la Recursos, el que brindará la asesoría necesaria a maestros, profesores y padres, para que otros estudiantes con necesidades educativas especiales puedan permanecer en centros educativos no segregados y así lograr una real equiparación de oportunidades.
Y hacia esa dirección nos estamos dirigiendo. Contamos con 23 escuelas de educación especial, que atienden este año a 5721 estudiantes. Contamos también con 410 aulas integradas que atienden a 8.770 estudiantes; 67 servicios de tercero y cuarto ciclo y 3.093 jóvenes participan en talleres prevocacionales, para un total de 17.584 estudiantes. De la misma manera, aproximadamente 77 mil estudiantes con necesidades educativas especiales asisten a las aulas regulares, representando el 8.40% de la matrícula total de la población estudiantil. Podemos afirmar que el 10.31% de los estudiantes de nuestro sistema educativo tiene alguna necesidad especial y que el Estado los apoya en todo este proceso.
Pero no sólo eso. Hasta el 30 de setiembre, hemos entregado 330 de los 400 bonos de vivienda para familias con miembros con discapacidad que nos habíamos planteado como meta para este año. Y en lo que llevamos de esta Administración, hemos entregado 711 bonos de vivienda para esos casos, cuando en todo el Gobierno pasado se entregaron 124.
En el sector público, de las 68 instituciones que lo conforman, 43 cuentan ya con Comisiones Institucionales en Materia de Discapacidad, las que trabajan por incorporar, en sus planes y programas, los principios de la igualdad de oportunidades y accesibilidad.
Y ya que menciono accesabilidad, les cuento que el nuevo Parque Nacional Marino Puntarenas será totalmente accesible; que el Banco Nacional ha hecho rampas en todos sus edificios e instalado cajeros automáticos parlantes para ser usados por personas no videntes, así como Correos de Costa Rica ha programado y presupuestado la construcción de rampas en sus 130 sucursales. Esta misma previsión la ha tomado el ICT, quienes exigen requisitos de accesibilidad en los planos de los proyectos turísticos nuevos y pronto empezará a promover a Costa Rica como un destino accesible a todas las personas.
Además, aquí, frente a la escuela Centeno Güell, se han instalado semáforos auditivos, al igual que en el centro de San José, en la Junta de Protección Social y en las inmediaciones del Ministerio de Hacienda, por citar algunos. Por otra parte, instituciones como el INA, el ICE, el Consejo Nacional de Rehabilitación y en especial la oficina de la Primera Dama, con el proyecto Frontera a Frontera, han realizado jornadas en ministerios, instituciones autónomas y gobiernos locales para divulgar y poner en práctica la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad.
Lo importante de todas estas acciones y de muchas más que se llevan a cabo en otros campos, es el hecho que estamos avanzando hacia la integración plena a nuestra sociedad de todos los seres humanos. Por supuesto que falta muchísimo por hacer, pero trabajamos con fuerza y con mucho entusiasmo para instaurar las bases sólidas de un país accesible, cálido y humano. Y lo hacemos, porque creemos y confiamos en las luchas justas. Creemos y confiamos en las capacidades, en las potencialidades de todos. Y por creer y confiar en cada ser humano, en lo que puede hacer, la lucha por igualdad de las personas con discapacidad ya no es la lucha de un solo grupo de la sociedad, sino que tiene que ser la lucha de un país entero.
Mis felicitaciones por este bello edificio. Una promesa que cumplimos. Una obra que nos confirma una vez más que Costa Rica sí puede. Muchísimas gracias a todos los que lo han hecho posible.