Discurso del Presidente de la República, Miguel Ángel Rodríguez, durante el acto de firma del contrato para la construcción y equipamiento del Hospital de Alajuela
30 de abril del 2001
Muy buenos días.
Para Lorena y para mí es un día muy especial. Hace muchos años tomamos contacto con este proyecto. Desde hace muchos años sabemos de la ilusión que representa para todo el pueblo alajuelense la construcción de su nuevo hospital. Una ilusión que nos recuerda como, a golpe de corazón y de buena voluntad, los antepasados alajuelenses del Siglo XIX levantaron en 1883 el Hospital San Rafael. Un hospital que surgió en una época en la cual con gran dedicación y a base de los progresos realizados por el país, con la exportación del café y el desarrollo de su sistema institucional, se pudo dar campo a que los deseos del corazón de nuestros antepasados de aquella época, materializaran en obras de gran envergadura, para beneficio de los costarricenses. Así como ese momento es inolvidable para Alajuela y para Costa Rica, yo creo que también el momento de hoy será inolvidable para Alajuela y para Costa Rica.
Contamos 23 años de estar planeando la ejecución de una obra. Eso es mucho tiempo. No puede Costa Rica seguir por este camino! Tenemos que hacer las reformas institucionales necesarias para que la ejecución de los grandes proyectos públicos se pueda hacer con mayor celeridad. Sólo en comisiones de compromiso, desde que se aprobó el crédito en 1994 hasta ahora probablemente ya se han invertido más de 600 millones de colones de los costarricenses en pagos al BID, por tener separada esa plata, sin emplearla en el Nuevo Hospital de Alajuela.
¿Cuánto esfuerzo y cuánta obra se ha tenido que hacer en el Hospital San Rafael, que debió haber sido dirigida a esta obra nueva, si se hubiera hecho a tiempo? Yo creo que en este momento de júbilo y de alegría estamos también llamados a la reflexión. A plantearnos que los procedimientos no existen por sí mismos, existen por los objetivos. El objetivo de la acción estatal es el bien de las personas, no es mantener procedimientos. Cuando se plantea "tenemos que revisar la manera de hacer las cosas" y vemos cómo esta obra, con un Ministro dedicada a ella en el Gobierno pasado, no pudo llegar a concretarse siquiera su adjudicación, entonces tenemos que llegar a la conclusión de que hay que cambiar algunos procedimientos. Defendiendo nuestros recursos, defendiendo nuestra institucionalidad, promoviendo la ética en la función pública, pero no sacrificando el bienestar de los ciudadanos, a mantener meras formalidades de cómo las cosas se han hecho en el pasado.
Porque esas son simples formalidades. El objetivo es lo que es importante. Poder hacer las obras y poder hacerlas bien. Y yo llamo hoy al país, desde este momento de júbilo, a la reflexión sobre la importancia de que hagamos los cambios, para que no tengamos que tener pueblos como el alajuelense, frustrado por tantos años de saber que cada campaña se la ofrecía esta obra y que sólo en esta ocasión la estamos haciendo realidad. Me parece que es importante esa reflexión y que es importante que busquemos ese cambio en los procedimientos para asegurarnos de poder realizar las obras.
Estamos cumpliendo un compromiso del país con Alajuela. Estamos cumpliendo un compromiso de la seguridad social y de la salud pública con Alajuela, y tengo que agregar que estamos cumpliendo un compromiso personal de Miguel Ángel Rodríguez con Alajuela, porque yo vine aquí y señalé que tendría que darle inicio a esta obra en este Gobierno. Y les quiero decir que cuando pocos meses después de estar en el Gobierno me reuní con el Ministro de Salud y el Presidente Ejecutivo de la Caja, me dijeron que con el procedimiento que llevábamos, no llegábamos nosotros a iniciar la obra en este Gobierno. Me dijeron que tal y como estaban las cosas, el procedimiento estaba para que la obra empezara terminado este Gobierno. Y yo les dije: "eso no es posible". Yo me comprometí con Alajuela y los alajuelenses tiene muchos años de estar esperando. Y yo confío en que ustedes van a tener la habilidad para encontrar nuevos caminos para poderlo hacer.
Mi gratitud a don Rodolfo y a todo el equipo de la Caja, al señor Ministro de Salud por su apoyo y a todos los que han colaborado. Al BID por haber respondido a mis solicitudes personales para extender plazos que ya no eran extensibles, para poder lograr que se mantuviera un poquito encendida la llamita que nos diera esperanza de que después podríamos tener la fuerza para construir la obra.
Un saludo muy especial al Consorcio Obrascom, Huarte-Laín y Expansión Exterior S.A.. Sabemos que estamos en muy buenas manos. Sabemos de su experiencia y estamos confiados en que ustedes harán que, terminado ya mi Gobierno, la ciudad de Alajuela, a principios del 2003, tenga esta obra terminada y en servicio y que entonces nos sentiremos recompensados plenamente del esfuerzo realizado, porque los amigos y las amigas de Alajuela podrán contar con el hospital que desde hace años se merecen.
Esto es parte de un cambio global en la política de salud que se ha llevado a cabo en Costa Rica. Un cambio que muestra la importancia cuando se ven las cosas con sentido nacional, con sentido de estadistas, y no con sentido politiquero de corto plazo. La reforma del sector salud se empezó en la administración de Rafael Ángel Calderón Fournier. Se continuó y se aceleró en la administración de José María Figueres y en esta administración se logró trabajar a fondo con la ley de desconcentración de hospitales, con el establecimiento de las juntas de salud, con el equipamiento de los EBAIS, con la expansión inmensa de los EBAIS, con una obra que el año pasado nos llevó a que la inversión realizada por Costa Rica en hospitales, EBAIS, clínicas y equipamiento fuera cinco veces más que el promedio que se traía en el período 94-97. Cinco veces más. No el doble, cinco veces más, con lo cual hemos podido dotar a los EBAIS, hemos podido construir clínicas, hemos podido construir hospitales, hemos podido cambiar bombas de cobalto con 25 años de uso.
Hemos podido darle a la salud costarricense las herramientas necesarias para poder alcanzar grandes logros. Llevamos a 10,2 por mil la tasa de mortalidad infantil, la más baja de Latinoamérica continental; a 77,42 años la expectativa de vida, la más alta de toda Latinoamérica, lo que nos coloca al lado de las naciones ricas y poderosos de la Tierra. Somos un país con un ingreso per cápita que es apenas una quinta parte del ingreso per cápita de esos otros países con los cuales competimos y nos igualamos en los niveles de salud alcanzada.
Esto demuestra la entrega de un país y esto demuestra el trabajo serio, dedicado, con objetivos, con brújula, con una intención y con una gran dedicación de todo un equipo de funcionarios públicos, que está trabajando para devolverle a los costarricenses la fe en las instituciones nacionales. La fe en que sí hay gente en Costa Rica que está dispuesta a trabajar en serio y a hacer las cosas en serio y a no buscar el lucimiento personal a corto plazo, sino a lograr que las obras que son necesarias para la población se lleven a cabo y se alcancen.
Quiero terminar mis palabras dándole las gracias a todos los alajuelenses que, a través de estos 23 años, han mantenido esa llamita encendida. Han sido mujeres y hombres de Alajuela, los que permanentemente, en las mayores dificultades, cuando se veía oscuro el final del túnel, han mantenido su pasión por la construcción del hospital. Igual que ocurrió allá, en 1883, este hospital es de Alajuela, es para Alajuela y es fruto de la perseverancia, el tesón y la dedicación de los queridos alajuelenses, hombres y mujeres.
Muchísimas gracias