Discurso del Presidente de la República, Miguel Ángel Rodríguez, durante la inauguración del programa Aula Abierta
02 de marzo del 2001.
Queridas niñas, queridos niños. Buenos días a todos.
Sin duda actos como este, de hoy, fortalecen nuestra fe en lo que podemos hacer, nuestra fe en nosotros mismos, nuestra fe en lo que Costa Rica es capaz de realizar.
El año pasado, con la enorme preocupación que hemos tenido desde la campaña política con relación a la pérdida de cobertura en secundaria, abrimos el programa de Nuevas Oportunidades educativas, con el cual extendimos a los muchachos y muchachas con edad de estar en secundaria y que habían sido expulsados del sistema, les abrimos la oportunidad para que pudieran reincorporarse. Y más de diez mil muchachos y muchachas de Costa Rica aprovecharon esta oportunidad y han vuelto al aula para poder sacar su bachillerato, para poderse preparar, para abandonar la calle y encontrar el camino, con el conocimiento, de su superación personal.
Este año, aquí, en La Uruca, inauguramos hoy el programa Aula Abierta. Estas son las nuevas oportunidades educativas para nuestras niñas y niños, que no han terminado la primaria, que han sido víctimas de mil y una circunstancias por las cuales no están en el proceso formal de educación, y a quienes no podemos volverles la espalda. Porque ciertamente yo creo que nosotros tenemos que tener conciencia de que no le podemos cerrar el aula, cerrar la oportunidad, a las niñitas y niñitos con, muchas veces, sus manitas sucias y sus caras tristes, a quienes vemos en las calles de las ciudades cuando con indiferencia pasamos en nuestras actividades cotidianas.
No podemos cerrarle la oportunidad. Nuestra obligación es abrirle la oportunidad, nuestra obligación es abrirles el aula. Nuestra obligación es traerlos a ellos y a ellas a darles ese conocimiento, a darles ese instrumento que es la formación educativa, para que ellos puedan surgir. Porque en cada una de esas niñas o esos niños puede estar un ingeniero, un escritor, una escultora, una ebanista, un operador de cómputo, a quien se le está truncando la oportunidad de surgir, de superarse, de salir adelante, de transformar este país. Y la obligación del resto de una sociedad solidaria es la obligación de hacer que estas niñas y niños tengan oportunidades.
Esto es Aula Abierta. Aula Abierta es el trabajo solidario de los costarricenses para cumplir con nuestros compromisos en la agenda con la niñez. Nuestro compromiso para que en esta década primera del Siglo XXI Costa Rica, que ha hecho grandes progresos en la atención de sus niñas, niños y jóvenes, consolide los logros, siendo más equitativa y logrando que los programas lleven cada vez más a la oportunidad de que más niñas, niños y jóvenes se preparen adecuadamente para una vida de progreso.
Nos recordaba el señor Ministro de Educación hoy la gesta nacional de hace 145 años. Nos recordaba que en un día como ayer, hace 145 años, el Presidente Mora le dijo a los costarricenses que había llegado la hora que él había anunciado, para el cual el país se había venido preparando. Que había llegado esa hora y que era ya necesario partir a empuñar el arma para expulsar de Nicaragua al filibustero invasor que ponía en riesgo la libertad, la dignidad y la paz de Nicaragua y de toda América Central.
Y al día siguiente, un día como hoy, me comentaba el señor Ministro que se reunieron los costarricenses en el cuartel frente al Parque Central, para recibir las tropas que venían de Cartago a incorporarse al grupo que iba a marchar a Nicaragua. 145 años después estamos los costarricenses reuniéndonos de nuevo. Ahora, en lo que son nuestros cuarteles del siglo XXI: las escuelas. Estamos reunidos los costarricenses en la escuela para prepararnos para este gran reto del Siglo XXI que es la equidad en la educación, que no se nos queden niñas y niños fuera del proceso de adquisición de conocimientos, que les permita superarse y progresar.
Costa Rica, como sociedad solidaria, debe manejar mejor sus recursos cada día, con más eficiencia, con más dedicación, enfocándonos con claridad a las prioridades y la prioridad fundamental son las personas. Y es darle a cada una de ellas el conocimiento adecuado para que pueda progresar. Eso es este programa.
Este programa es tenderle la mano al niñito y la niñita para ayudarle a que se pueda lavar las manitas, para ayudarle a que pueda tener una carita sonriente, para ayudarle a que pueda progresar. Y yo estoy convencido de que en eso los costarricenses hoy sabremos unirnos, como hace 145 años lo hicimos, para alejar el peligro de Centroamérica.
Hoy, como hace 145 años, estamos comprometidos los costarricenses con los objetivos que planteó Mora: paz, justicia y libertad para todos. Y no hay paz, justicia y libertad para todos, si no hay oportunidades de educación para todas las niñas y niños de las aldeas, los campos y las ciudades costarricenses. Y este es el empeño con el que hoy partimos. Un empeño en el cual hemos venido trabajando en serio.
Contamos con una agenda para la niñez, que es un compromiso nacional asumido el año pasado con el aporte de todas las fuerzas de nuestra nación: los maestros, las escuelas, las regiones, las comunidades, las iglesias, las instituciones públicas, las organizaciones internacionales, con su apoyo y su liderazgo. Hemos venido aumentando fundamentalmente los recursos destinados a la educación. Sólo en los últimos tres años hemos aumentando en más de cien mil millones de colones los recursos dedicados a la educación pública costarricense. Quiere decir que en los últimos tres años lo que hemos aumentado la inversión en educación es igual que la totalidad del valor de las casi 20.000 casas con bonos que se dieron el año pasado, de un año de funcionamiento del Ministerio de Seguridad Pública y de un año de funcionamiento de CONAVI, con el que hemos mejorado las carreteras del país, que estaban destruidas. Lo que hemos aumentado en la educación pública es la suma de esas tres cosas. Y eso demuestra la magnitud de los recursos que estamos dedicando.
Hemos aumentado los recursos para que haya más justicia en la educación. De 0 bonos escolares en el 97 hemos pasado en este año a entregar 100.000 bonos de diez mil colones cada uno. Mil millones de colones que no había. De 252 millones de colones en becas para el sistema educativo en 1997, a más de 2700 millones este año en becas, que están pasando de 11.000 a 41.000. De 20.000 colones en promedio por beca anual en el 97 a más de 60.000 colones promedio por beca anual, en una multiplicación de nueve y media veces el número de recursos.
Para los programas del Patronato Nacional de la Infancia, los recursos entre el 97 y el año 2000 prácticamente se duplicaron. Y ahora, de nuevo, del 2000 al 2001 tenemos una tasa de crecimiento muy sustancial en esos recursos.
Estamos los costarricenses siendo solidarios. Estamos poniendo los recursos, pero tenemos que poner el más valioso de los recursos, que es el empeño, la capacidad, la entrega, la vocación de cada uno de nosotros. Necesitamos que esta sea una campaña nacional. Una campaña nacional no es una campaña del Ministro de Educación Pública, ni de la Presidenta del PANI, ni del Presidente de la República, ni de los educadores. Una campaña nacional es una campaña de todos los costarricenses. Necesitamos que todos sintamos el compromiso de luchar para que no haya niñitos ni con manos sucias, ni con caritas tristes. Para que haya niñitos con caritas alegres, construyendo con su adquisición de conocimientos y valores, la Costa Rica de justicia, paz y libertad para todos.
Muchas gracias.