ALTERNATIVAS

Miguel Ángel Rodríguez E.

Dr. Miguel Angel Rodriguez EcheverriaMañana, continuando con una vigencia democrática que no ha sufrido interrupción en 231 años, se celebran las elecciones presidenciales en EE.UU.
Desde hace ya muchas décadas esa nación es la que mayor influencia ejerce sobre los acontecimientos de nuestro país.

Un 42% de nuestras exportaciones va a los EE.UU. y de allí recibimos el 38% de lo que importamos, un 68% de la Inversión Externa Directa y un 42% de los turistas. Nuestra seguridad nacional frente al crimen internacional depende en muy buena medida de nuestra alianza con ese país, que es de donde, desde mediados del siglo XX, también recibimos la mayor influencia cultural.

Por eso las elecciones en los EE.UU. son, después de las nacionales, las que más nos deben importar.

Mañana los estadounidenses escogerán entre muy diferentes visiones de republicanos y demócratas que se han ido radicalizando en su enfrentamiento.

Pero, además, su importancia radica en las amenazas latentes contra el tranquilo desarrollo del proceso electoral y sus posibles consecuencias para la democracia en el mundo entero.
En dos ocasiones se ha complicado el desenlace de los comicios en EE.UU.

En 1877 la elección del presidente Rutherford Hayes se definió por una comisión mixta de la Casa de Representantes, el Senado y la Corte Suprema de Justicia en contra del candidato demócrata Samuel Tilden. Este desenlace tuvo como consecuencia el retiro de las tropas federales de los estados sureños, lo que funestamente llevó a casi cien años de discriminación legalizada y linchamientos contra la población negra.

La segunda ocasión fue la reciente elección del 2000 entre el gobernador Bush y el vicepresidente Gore, en la que el resultado electoral de Florida fue condicionado por la Corte Suprema de Justicia al resolver que no se debía continuar el conteo manual de sus votos.

En ambos casos, en medio de las dificultades, la fortaleza de las instituciones y de la cultura democrática de EE.UU. fue capaz de sortear las dificultades.

Para mañana la situación la agravan varios hechos: 1.- Lo enconado del enfrentamiento político entre posiciones antagónicas que dividen ese país por su geografía, por visiones culturales y raciales, por género y por diferencias en sus niveles educativos. 2.- La pandemia que ha motivado que millones de ciudadanos prefieran el voto por correo, para evitar el posible contagio. 3.- La renuencia del presidente Trump a declarar que aceptará el resultado de las elecciones y su repetida acusación de que habrá fraude. 4.- Los disturbios violentos que se han producido en las muy justificadas manifestaciones en contra de la brutalidad policial contra ciudadanos negros. 5.- La gran compra de armas por personas de las dos vertientes políticas, mucho mayor a la que se produce normalmente en vísperas de elecciones. 6.- La amenaza de que grupos de los partidos políticos puedan causar disturbios en los centros de votación. 7.-

La posibilidad de que en estados claves -determinantes para el resultado por la volubilidad de su votación- la diferencia sea muy pequeña; o que la mayor votación postal por el candidato demócrata haga que con su cómputo se reversen los resultados de la votación física, causando frustración y enojo. 8.- Que los procesos legales para determinar el resultado de algún o algunos estados produzcan un impasse que sea resuelto por los congresos estatales.

Es de esperar que de nuevo la recia institucionalidad de los EE.UU. prevalezca y se imponga la centenaria y ejemplar cultura democrática de ese querido país.

A la par de esta peligrosa circunstancia las elecciones de mañana escogerán entre visiones opuestas en muchos temas de política económica; de salud; de ecología y control del cambio climático; de derecho de familia; de inclusión, no discriminación y respeto a los derechos de las personas con independencia de sus características de raza, género, condición social, económica o religión; de política comercial basada en normas multilaterales, adhesión a las alianzas y a la institucionalidad internacional; de promoción de los derechos humanos.

El camino que tomen los EE.UU. en todos y cada uno de esos temas es de relevancia para nosotros, tanto por el impacto que tendrán en la conformación de las relaciones internacionales como por el efecto directo que ejercerán sobre las preferencias de los costarricenses.oy las condiciones tan difíciles que sufrimos en salud, en pobreza, en desempleo, en paz social nos obligan -aún más que siempre- a buscar el bien común. Para ello, la política debe ser constructora de la unidad para llegar a soluciones, con el ejercicio responsable de las competencias que a cada cual nos corresponde ejercer.

Somos libres y sociales, y como tales debemos ser responsables de nuestros actos individuales y de nuestra participación en las acciones colectivas.

Miguel Angel Rodríguez

Ex Presidente de la República

Fecha de publicación: 3-Noviembre-2020

Fuente: diarioextra.com


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