ALTERNATIVAS

Miguel Ángel Rodríguez E.

Dr. Miguel Angel Rodriguez Echeverria

Tenemos, a Dios gracias, buenas noticias sobre la pandemia. Se ha hecho un esfuerzo grande y con éxitos, pero tenemos por delante grandes riesgos que nos vienen de afuera (necesitamos la cerca) y de adentro (necesitamos pruebas, rastreo y aislamiento).

Debemos reconocer los buenos resultados de muchas de las políticas de salud, porque no es fácil tomar medidas cuando predominan la ignorancia y la incertidumbre ante una nueva patología y cuando se tienen serias limitaciones de recursos.

Hoy tenemos mejores conocimientos sobre el Covid-19 y debemos aprovecharlos porque la enfermedad nos seguirá causando daño y Europa nos muestra el peligro de segundas olas. 

Las buenas noticias nos las da el Centro Centroamericano de Población (CCP) de la UCR que afirmó hemos llegado al pico de la pandemia a mediados de setiembre y viene descendiendo. Específicamente nos informa: “La tasa más reciente de reproducción de la pandemia es R = 0,96 con una tendencia moderada a la baja. De mantenerse esta tendencia, el número de casos bajará a 700 diarios a fines de octubre, con menos de 500 hospitalizados, 200 en UCI”

Esta tasa que cuando es mayor de 1 indica que la pandemia está expandiéndose había alcanzado niveles muy elevados en mayo y junio (alrededor de 1,74 en su punto máximo en esos meses) y después de disminuir volvió a tener una tendencia creciente. Pero desde la tercera semana de agosto desciende.

El CCP señala que la caída en la tasa de contagio de julio “coincidió con la orden sanitaria de usar mascarillas en lugares públicos a partir del 27 de junio” y relaciona su uso obligatorio en lugares públicos con el no aumento de los contagios al disminuirse en setiembre las restricciones.

Esto debe reforzar el compromiso de mascarillas, distancia entre personas, lavado de manos y no aglomeraciones.

Fuimos lentos en promover el uso de mascarillas. También debemos mejorar en otras dos áreas.

La primera se relaciona con prueba, rastreo y aislamiento de las personas contagiadas. Nunca se realizó la cantidad de pruebas suficientes, pero inicialmente -con muy pocos casos- el escaso personal destinado a estas tareas en el Ministerio de Salud podía comunicarse con las personas que hubieran estado en contacto con quienes se iban enfermando. Con el incremento de los casos se perdió la capacidad de rastrear a las personas posiblemente contagiadas. Tampoco se establecieron sitios de aislamiento en las zonas urbanas en las cuales las familias viven en condiciones de hacinamiento.

La otra área en que debemos mejorar es más difícil, pero se deben limitar sus efectos muy perjudiciales.

El pasado 14 de setiembre Tomás Pueyo, el creador del concepto del matillo y la danza, nos indica la necesidad de un tercer elemento, la cerca. Nos señala: “Los países que rápidamente cerraron sus fronteras o muy cuidadosamente dieron seguimiento a toda persona que ingresara son los que han sido más exitosos en hacer que las infecciones se den más lentamente”.

Mientras en nuestro país se tomaron duras medidas para disminuir la propagación de este virus, en Nicaragua no cerraron las fronteras, ni suspendieron las clases ni los eventos masivos, ni declararon una cuarentena y más bien el Gobierno promovió marchas y celebraciones masivas.

Es preciso aumentar muy significativamente las pruebas, rastrear los posibles contagiados, aislarlos y reforzar la cerca. 

Para ello se puede contar con cientos de empleados públicos que deben ser reasignados a estas tareas, usar los sistemas tecnológicos para seguir la movilidad de los enfermos antes de su diagnóstico y presionar con toda fuerza directa e internacionalmente al Gobierno de Nicaragua para que actúe responsablemente frente al Covid-19. También debemos reforzar nuestra frontera norte: destacar más policía, usar vigilancia permanente con drones, destinar personal de inteligencia, penetrar y romper las redes que ayudan al ingreso ilegal de personas. 

Y estar siempre vigilantes. Este coronavirus actúa con gran dispersión. Los promedios son engañosos. No es que una persona infecta a 0,96. Puede ser que 1 persona infecte a 96 y 99 personas no infecten a nadie. Ojo pues a aglomeraciones cerradas con personas cantando o gritando.

Alegrémonos. No se llegó a sobrepasar la capacidad hospitalaria. Pero mantengamos la guardia.

Miguel Angel Rodríguez

Ex Presidente de la República

Fecha de publicación: 5-Octubre-2020

Fuente: diarioextra.com


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