ALTERNATIVAS
Miguel Ángel Rodríguez E.
El poder ejecutivo ha preparado una reforma constitucional con base en las recomendaciones de los notables para buscar un nuevo equilibrio de poderes. La reforma se queda corta frente a la propuesta de los notables, pero implica un cambio significativo, sobre todo en lo que atañe a la Asamblea Legislativa.
El número de diputados no se incrementa a pesar de que en relación con nuestra historia, con otras naciones y con su necesidad para atender sus tareas, plenamente se justificaría hacerlo. Supongo que esto se da como respuesta a la reacción visceral de la opinión pública en contra de ese aumento. Lástima que no se propicie al menos la discusión de este tema, pues ha quedado claro que el problema de costos legislativos no está en el número de legisladores, sino en el exceso de asesores y otro personal. ¿No sería mejor tener más representantes responsables ante sus electores y menos puestos para parientes y colaboradores políticos?
Se incluye una lista de diputados electos por voto nacional, pero son solo 15. Con 57 diputados este número representa un 26% y no se requeriría de su participación para poder aprobar proyectos que requieran mayoría calificada de votos de 66%. Además, con una lista nacional de solo 15 el subcociente para la elección sería muy alto lo que haría perder representación a los partidos pequeños.
Se delega al Tribunal Supremo de Elecciones la facultad de diseñar para cada elección los distritos electorales tanto en cuanto a su diseño geográfico, como en lo tocante al número de diputados de cada distrito. No se da ninguna guía para efectuar esta tarea más que la de proporcionalidad entre diputados y electores. Esto pone en manos del Tribunal Supremo de Elecciones una tarea discrecional política y de conveniencia y no técnica electoral.
Si los distritos eligen un solo diputado aumenta la representatividad directa porque las personas escogen a una determinada persona y la mayoría elige. Pero con un solo representante por distrito se sacrifica la proporcionalidad y las minorías pierden participación, aunque sean minorías grandes de 40% o más de los electores. Si se dejan las provincias como distritos legislativos, se continúa con las listas y la mala distribución de la representación geográfica que tiene muchos diputados de los cantones más grandes, y ninguno de los cantones menores. Con dos diputados por distrito electoral, tal como lo propuse en 1988, se procura más proporcionalidad en la representación legislativa y se aumentaban las posibilidades de elegir de los grupos minoritarios. Es evidente que decidir entre estas alternativas corresponde al poder político y aún más, al poder constituyente. Debió el ejecutivo haber escogido entre estas alternativas y se requiere debatir y acordar alguna de ellas en la Asamblea Legislativa para aprobar la reforma constitucional. Otras reformas muy convenientes que se incluyen son la posibilidad de reelección consecutiva de los diputados hasta por tres períodos, una mejor distribución de los períodos de sesiones ordinarias y extraordinarias y el registro del voto de cada diputado.
Luego comentaré el cambio que se propone y las alternativas para el sistema de pesos y contrapesos entre ejecutivo y legislativo.
Fecha de publicación: 25-Mar-2013
Fuente: diarioextra.com