ALTERNATIVAS

Miguel Ángel Rodríguez.

Se ha informado a lo largo de este año de las enormes entradas de capital externo en los últimos meses del año pasado: tanto golondrinas transitorias como inversión directa que se adhiere más establemente a la estructura productiva.

Ha quedado demostrado que los muy altos tipos de interés internos en ese período y hasta hace pocas semanas se debían en buena medida de causas internas no estructurales, pues con una llamada de atención de la señora Presidente y unas pocas acciones del Banco Central han caído sustancialmente. La tasa de interés para certificados de depósito a seis meses en los bancos estatales era 8,46 a mediados de diciembre del año pasado (y había estado antes a 8,68 y 8,74) y desde el 12 de febrero está al 6,02: una caída de 2,5 puntos porcentuales en solo 8 semanas.

La efectividad de esta caída de las tasas de interés es de tal magnitud que mientras del 1 de setiembre de 2012 al 18 de enero del 2013 la intervención del Central protegiendo la banda inferior significó una compra de $1.363 millones, desde entonces y hasta el pasado 7 de marzo con intereses ya más bajos solo ha captado $41,9 millones. ¡Se pasó de captar $68 millones semanales a solo $6,0 millones por semana! 
Parte de la apreciación real del colón se debe a cambios fundamentales: con la crisis, las economías más avanzadas han perdido ventajas comparativas de seguridad y eficiencia, mientras nosotros con la apertura y los nuevos sectores exportadores las hemos ganado. Pero esa apreciación ha sido muy elevada (casi 30% respecto a lo que era normal en los años de 1990 a 2007) y afecta a trabajadores y empresarios de los sectores de exportación tradicional y competidores con las importaciones.

Muchos personas temen a la liberación de las bandas cambiarias y la introducción de una flotación administrada con reglas claramente preestablecidas y públicas, que le den en cada caso grados de libertad al BCCR. El temor es que se dé una mayor apreciación de nuestra moneda.

Por otro lado, las tasas de interés locales en términos reales ya son casi negativas y no pueden caer mucho más, excepto que el BCCR baje sus metas de inflación.

Si el colón flota, el BCCR con las enormes reservas que tiene y con el manejo coordinado de la colocación de eurobonos puede impedir una gran apreciación adicional, y de esa manera la flotación introduciría incertidumbre a las inversiones financieras especulativas. Una segunda fuerza para desalentar la entrada de golondrinas sería eliminar ventajas indebidas al mercado de dólares, como que los intereses pagados en créditos locales tienen una retención de 8% para impuesto de renta pero no la tienen si son sobre créditos externos de entes de primer orden, y a la vez integrar más el mercado financiero local nivelando la cancha a bancos públicos y privados.

Con esas políticas, los impuestos que se tramitan a las ganancias financieras de capital extranjero y a encajes sobre su ingreso solo serían aceptables por períodos de no más de seis meses, con restricciones importantes para poderlas prorrogar por una sola vez, y no como está propuesto que permiten al BCCR y al Ejecutivo prorrogarlas indefinidamente. Si circunstancias excepcionales las hicieran de nuevo necesarias, deberían necesitar nueva aprobación legislativa.


Fecha de publicación: 11-Mar-2013

Fuente: diarioextra.com

 


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