ALTERNATIVAS
Miguel Ángel Rodríguez E.
El tipo de cambio y la tasa de interés son precios. El primero nos permite intercambiar entre naciones. El segundo nos hace posible hacerlo a través del tiempo. Y como precios su función principal es dar señales, como lo hace para guiar el tráfico un semáforo.
Por ejemplo, si el precio de las papas aumenta es señal de que se requiere mayor cantidad. Eso promueve que lleguen más al mercado y que se trate de aumentar su producción. Esto afecta los precios de los factores de producción y de los insumos que se usan en la producción de papas y esos cambios son nuevas señales que llegan a los propietarios de esos factores y a las personas y empresas que participan en su elaboración, y así sucesivamente.
Como con el semáforo, cuando los precios cambian en unas ocasiones son los vehículos de la calle los que avanzan y en otras los de la avenida.
Así actúan también el tipo de cambio y la tasa de interés. Si el tipo de cambio de colones por dólares aumenta se hacen más caros los segundos. De esa manera resultan en moneda local más caras las importaciones y se tenderá a sustituir productos locales por importados. A la vez, para los productores nacionales es más atractivo exportar que vender localmente. Así se aumenta la oferta neta de divisas hasta que se estabilice el tipo de cambio conforme a las fuerzas que provocaron el cambio inicial.
Si el tipo de interés aumenta es señal que si se ahorra se obtienen más recursos en el futuro y aumenta el ahorro. A la vez esa señal hace más caro el crédito para los empresarios lo que disminuye los proyectos de inversión rentables. Y así se llega a una nueva tasa de interés compatible con el cambio original. En ambos casos si su modificación inicial responde a una variación en las condiciones de producción o de consumo para ser eficientes es necesario ajustar las transacciones entre países o en el tiempo.
El cambio en los precios no siempre nos conviene pero si no se diera no habría posibilidad de progreso. Pero los cambios de esos precios pueden originarse arbitrariamente o por especulación distorsionadora lo que envía falsas señales .
Hoy vivimos una situación que preocupa a los exportadores. El tipo de cambio se ha mantenido estable desde setiembre de 2010 y pegado a la banda inferior y es en la práctica un tipo de cambio fijo. Pero los costos internos han seguido creciendo más que los internacionales a pesar de la reducción de la inflación.
Las tasas de interés internas empezaron a aumentar en setiembre del 2011 y desde entonces el margen de utilidad de traer dólares y convertirlos a colones para tener rentabilidad a corto plazo ha sido de entre un máximo del orden de 8 puntos porcentuales y un mínimo de 6.
Esta circunstancia (los llamados capitales golondrina) afecta el tipo de cambio como si fuera una variación fundamental en las condiciones de producción o de consumo. Pero no lo es. Es el resultado de una especulación financiera que distorsiona los precios.
Este es el meollo del problema que enfrentan nuestras autoridades financieras.
Esas autoridades pueden actuar con relación a la apertura de las transacciones financieras internacionales, a la tasa de interés o al tipo de cambio. Veremos en otras columnas las consecuencias del uso de estas alternativas.
Fecha de publicación: 11-Feb-2013
Fuente: diarioextra.com