ALTERNATIVAS

Miguel ?ngel Rodr?guez E.

Dr. Miguel Angel Rodriguez Echeverria

Es incre?ble cuanto nos amarra la tierra. Vivimos cada d?a m?s cercanos a los conocimientos, a las ciudades, a los instrumentos, pero la tierra sigue siendo m?gica. A m? me amarr? durante mis a?os de empresario agroindustrial.

Por eso Guanacaste es una buena parte de la magia costarricense.

No nac? en ninguno de sus queridos cantones. Tampoco disfrut? mayormente Guanacaste en mi ni?ez. Pero lo siento muy cercano.

Fui la primera vez all? en 1952 o 1953 cuando terminaba primaria. Trabajaba en mis vacaciones desde los nueve a?os en el Departamento de Maquinaria de Eric. C Murray S. A., adonde mi pap? laboraba.

Viaj? con Naranjo, un gran hombre, mec?nico de la empresa, en un cami?n cargado de equipos para irrigaci?n: tubos de aluminio, acoples, bombas, torrecillas y los aspersores que desde un metro y medio o dos metros de altura lanzaban el agua.

?bamos a fincas que hab?an aceptado ser centro de demostraci?n de la nueva forma de regad?o que se estaba introduciendo. Recuerdo exhibiciones en Ca?as, Liberia, Santa Cruz y Nicoya. No hab?a puentes en los r?os que deb?an ser vadeados. Los hoteles eran cuartos peque?os, sin cielo raso, con tijeretas, todo tipo de insectos y mucho calor. Al aire libre una aspersi?n. No recuerdo si fue en Santa Cruz donde los Brenes o en Nicoya, donde me pic? un avisp?n que me hizo retornar en el largo y polvoriento viaje con mucha calentura. Pero disfrut? enormemente la experiencia.

Salvo alg?n viaje en vacaciones con amigos, mis siguientes experiencias fueron acompa?ando a Lorena y a mis suegros durante el noviazgo. Ya la carretera era asfaltada y la administraci?n de don Mario Echandi hab?a construido los puentes. Quedarnos en el Bramadero en Liberia, conversar con la novia y con do?a Marielena y don Manuel Emilio; visitar la planta empacadora de carnes que ?l hab?a instalado, recorrer fincas, ba?arnos en los r?os y disfrutar cataratas de ensue?o; fueron extraordinarias experiencias que me marcaron para siempre.

Al inicio de los setentas, cuando termin? mi trabajo en el gobierno de don Jos? Joaqu?n, me incorpor? -primero parcialmente y un par de a?os despu?s tiempo completo- a trabajar en las empresas de mi suegro. Entonces fue Guanacaste el centro principal de mis actividades: cr?a y engorde de ganado, siembra de algod?n, arroz, melones, ca?a; industrializaci?n de la carne y de arroz y hasta participaci?n en actividades hoteleras.

Recorr? a menudo toda la geograf?a guanacasteca. Los m?s perdido rincones. Los m?s bellos paisajes. Viv?, negoci?, trabaj? con sabaneros y ganaderos, con agricultores y obreros, con ejecutivos y carniceros. Tuve el privilegio de trabar muchas amistades.

Disfrut? con Lorena y mis hijos la vida en las fincas los fines de semana. Para llegar a algunas se requer?an varias horas a caballo. Para entrar a Bellavista a veces se ten?a que pasar el r?o en una canasta colgada de un cable.

Fue muy intensa la alegr?a de la parici?n en las fincas de cr?a, del engorde en rotaci?n y estabulado, de sembrar pastos mejorados, de la cosecha del arroz, del cuido de los melones; de lograr cambios tecnol?gicos y mejores precios en las exportaciones.

Este a?o me recuerda las angustias de las sequ?as, de la falta de forraje, de la disminuci?n de las cosechas.

Lo que m?s a?oro es el calor, la alegr?a, el colorido de los guanacastecos. En ninguna parte del mundo sabe tan rico un gallo pinto con cuajada, y un caf? reci?n chorreado con leche al pie de la vaca.

Felicitaciones Costa Rica por la decisi?n del Partido de Nicoya de formar parte de esta linda patria. Gracias guanacastecos por su amistad.


Fecha de publicaci?n: 27-Jul-2015

Fuente: diarioextra.com


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