ALTERNATIVAS
Miguel Ángel Rodríguez E.
Por invitación del superintendente de Pensiones, Édgar Robles, y de la Asociación Costarricense de Operadoras de Pensiones, con el Sr. presidente Luis Guillermo Solís, su ministro de Trabajo Víctor Morales, que lo fue también en aquellos años, y autoridades de gobierno, participé el pasado miércoles en el XV aniversario de la promulgación de la Ley de Protección al Trabajador.
La Reforma Social de Nuestro Tiempo fue fruto de la Concertación Nacional y cambió radicalmente nuestro sistema previsional. Ahora este reúne las ventajas de la solidaridad para las personas con menos recursos en su ancianidad, pues fortaleció los recursos para pensiones no contributivas y la operación del de Invalidez, Vejez y Muerte, con las garantías de una pensión adecuada al nivel de vida alcanzado al tiempo de retiro y la seguridad de la protección de los recursos capitalizados en la cuenta personal del trabajador.
Desde los años 60 ya varias iniciativas de visionarios como don Francisco Morales, don Enrique Guier, don Alfonso Carro, don Alberto Martén, don Armando Arauz, y los doctores Trejos Escalante y Guzmán Mata plantearon la transformación de la cesantía o del régimen previsional y generar ahorro y participación empresarial de los trabajadores. En los 80 yo había propuesto un sistema de participación de los trabajadores en los dividendos de las empresas. Pero a finales del siglo XX aún estaban sin resolver los problemas en esas áreas.
Buscando solucionarlos, desde la campaña dialogué con diversos sectores sociales, económicos y políticos. Estos temas fueron centrales en el Congreso Ideológico del PUSC en 1995 y de su Carta Social Cristiana a Costa Rica, así como del Programa de Gobierno “Soluciones para el Futuro” (1998).
Fue uno de los 10 temas clave que presenté al Proceso de Concertación Nacional que convoqué al día siguiente de las elecciones. No era un asunto fácil de llegar a un acuerdo, porque había legítimos intereses contrapuestos.
Un elemento clave, desde el punto de vista técnico, fue la fórmula que elaboró don Alberto Trejos y unió el problema de pensiones con la cesantía para conciliar la respuesta a los problemas de asegurar que el trabajador tuviese acceso a recursos que le ayudasen a enfrentar una situación de desempleo, pero que lo hiciera con la acumulación de recursos para su pensión de modo que no introdujera incentivos perversos que más bien alentasen el desempleo.
En el seno del Consejo Superior de Trabajo, como foro de la Concertación Nacional, tuvieron un gran papel, entre otros, don Samuel Yankelewitz y don Geovanny Castillo, presidente y director ejecutivo de la Uccaep, respectivamente; Mario Blanco Vado (q.d.D.g.) y Mauricio Castro, abogados de los sindicatos; el actual diputado don Víctor Morales Zapata y don Freddy González del sector cooperativo; el Padre Solano, Julia de la O y Eugenio Trejos del solidarismo; don Olivier Castro, hoy presidente del BCCR y quien entonces era superintendente de Pensiones; con el acompañamiento técnico de asesores de Presidencia y del MTSS, guiados por don Ronulfo Jiménez, del Consejo de Asesores Presidenciales, y el ministro Víctor Morales Mora.
Con paciencia y patriotismo lograron vencer los obstáculos y alcanzar un consenso sobre las reformas para presentar a los diputados. Gracias a todos ellos se creó un enorme beneficio para los trabajadores.
La Ley de Protección al Trabajador es un ejemplo iluminador de la capacidad previsora que ha caracterizado a nuestra evolución nacional y que nos singularizó en el pasado. Ojalá volvamos a encontrar esa senda.