ALTERNATIVAS

Miguel Ángel Rodríguez E.

Miguel Angel Rodriguez Echeverria

La Encuesta Continua de Empleo del último trimestre de 2014 nos volvió a dar malas noticias.

Con respecto al año anterior hay 31.000 personas más que sufren desempleo, de las cuales dos terceras partes son mujeres. Esto lleva a 220 mil personas el número de desempleados. Así la tasa de desempleo pasó de 8,3% a 9,7%.

Este aumento se debe a un mayor desempleo femenino, el cual alcanzó 11,8%, aumentando 2,7 puntos porcentuales. En cambio la tasa de desempleo de hombres se mantuvo alrededor de 8,3%.

También el subempleo (personas con jornadas de trabajo menores a las queridas) trae información negativa. Se estimó en 14,2% en ese trimestre, lo que significa 2,0 puntos porcentuales más que el cuarto trimestre del año 2013. El crecimiento del subempleo se dio tanto para hombres como para mujeres.

Con justificada razón estos datos han provocado honda preocupación tanto en las cámaras patronales como en el Ministerio de Trabajo. Y mayor debe ser la preocupación si se toma en cuenta que el desempleo subiría en 1,1 puntos porcentuales, según “Los Temas Seleccionados y Notas Analíticas” del informe sobre Costa Rica del Fondo Monetario Internacional de enero de este año. Esto tomando en cuenta un crecimiento del PIB de 4,2% anual de 2014 a 2019.

La solución no está en aumentar el empleo público. En 2008 y 2009 se pretendió paliar los efectos de la crisis financiera internacional aumentando la planilla pública, tanto en número como en nivel salarial. Los efectos los estamos viviendo todavía expresados en un déficit fiscal que ha incrementado la deuda pública y su componente externo de modo que nos acercan a niveles insostenibles.

Es bueno recordar que el empleo se genera fundamentalmente por parte del empresariado. Dentro del empleo existen muchos tipos. No es lo mismo el empleo formal con cobertura de la seguridad social y con salarios mínimos efectivos que un empleo informal en el cual no se paguen los salarios mínimos o las jornadas laborales no sean de tiempo completo.

Estos últimos casos son los que predominan entre las personas ocupadas en condiciones de pobreza. Así, más de un 50% de las personas ocupadas de familias pobres tiene un empleo en el sector informal, y entre las familias en pobreza extrema son tres cuartas partes las que laboran en esas condiciones. Mientras tanto de las familias no pobres solo una cuarta parte de los ocupados lo son en ese sector.

De modo que lo que más debe ocuparnos es la creación de empleo en el sector formal. Para ello requerimos una oferta laboral cada vez mejor capacitada, y aquí la universalización de la educación secundaria de calidad y la capacitación para el trabajo del INA y de politécnicos es fundamental.

Pero a la par necesitamos que las empresas ofrezcan muevas oportunidades laborales. Ello requiere creatividad, inversión, innovación y ellas no se dan si las condiciones de seguridad jurídica, económica y política y los costos de producción no son atractivos.

Esas son las áreas en las que Costa Rica requiere el liderazgo del gobierno proponiendo soluciones concretas en los diferentes campos y el apoyo de la oposición en la Asamblea Legislativa llegando a soluciones constructivas. La inacción nos lleva por mal rumbo.


Fecha de publicación: 23-Feb-2015

Fuente: diarioextra.com


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