ALTERNATIVAS

Miguel Ángel Rodríguez E.

Miguel Angel Rodriguez Echeverria

Los trámites burocráticos en nuestro país son tan complicados, que hasta para pagar un impuesto que beneficia al Estado le hacen a uno la vida imposible.

No puede uno extrañarse, entonces, que casi al final del período para su pago, todavía estaba pendiente la cancelación del 82% del impuesto sobre las sociedades inscritas al Registro Nacional.

Claro que la declaratoria de inconstitucionalidad de la ley que lo estableció, que extrañamente no significa su no pago para el período que venció el 31 de enero pasado, sin duda debe haber influido en esa altísima falta de pago. Pero no menos cierto es que pagarlo es muy difícil.

Un pago sencillo y fácil de los impuestos es una de las características que los tributos deben tener, así lo aprendí cuando estudié derecho fiscal con el recordado magistrado don Hernán Elizondo.

En este caso no es así. Esto a pesar de los cambios tecnológicos, que son un gran avance para permitir sistemas sencillos para que el sujeto gravado descargue su obligación tributaria. Es como si se actuara en contra de esos cambios.

Este tributo causado por tener sociedades registradas, solo se puede pagar en el Banco de Costa Rica. Por eso solo quienes tienen cuentas en esa institución pueden hacer el pago usando internet o con sus cheques.

Claro que esto no es así para otros impuestos que se pueden pagar en el banco en el cual uno tiene su cuenta corriente, usando internet o cheques propios.

Para pagar ese impuesto -quienes no tenemos la suerte de tener la cuenta en el Banco de Costa Rica- tenemos que cambiar un cheque y llevar efectivo, o comprar un cheque certificado. Es un viaje al pasado. Hay que ir a dos bancos, y hacer las respectivas filas.

¿Cómo es posible que el gobierno no haya pedido al Banco de Costa Rica que mediante el mecanismo de pagos SINPE establezca un sistema para que de cualquier banco se pueda enviar una transferencia y pagar el impuesto?


Hacer este pago el pasado viernes 30 me costó dos horas de espera para llegar a la caja de una sucursal del Banco de Costa Rica, a pesar de haberme aprovechado por mis 75 años del privilegio de una fila especial, que me otorga la Ley Integral del Adulto Mayor emitida durante mi gobierno. Llegué con un cheque de otro banco, y claro no me lo aceptaron. Tuve que pagar con una tarjeta de crédito incurriendo en el costo de pagar como si estuviese efectuando un retiro de dinero contra ella.

¿Será así como se facilita el pago de los impuestos?

Este es solo un caso más, y relativamente insignificante, de lo ineficiente que es nuestro estado para relacionarse con las personas y para ejecutar sus tareas. Un muelle granelero que debió haber entrado a funcionar en 2003 o 2004 finalmente está terminado en Caldera desde diciembre pero por trámites no se puede usar. La infraestructura vial está colapsada pero no se pueden desembolsar cientos de millones de dólares de créditos contratados para construir carreteras. Los muchachos no aprueban sus exámenes de bachillerato, pero se siguen contratando profesores que no pueden pasar esas pruebas. Los quirófanos de los hospitales están sin uso después de las cuatro de la tarde, pero no se pueden atender las colas de personas con enfermedades serias que requieren cirugías.


Fecha de publicación: 9-Feb-2015

Fuente: diarioextra.com


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