ALTERNATIVAS

Miguel ?ngel Rodr?guez E.

Miguel Angel Rodriguez Echeverria

La mejor medida para reducir la pobreza es que los pobres ocupen puestos de trabajo en el sector formal, como bien lo se?ala la reciente publicaci?n del PNUD- Costa Rica ?Reducir la pobreza en Costa Rica es posible?, preparada por los reconocidos conocedores del tema de pobreza Pablo Sauma y Juan Diego Trejos. Si los pobres desocupados se emplearan con salario m?nimo, la pobreza disminuir?a 3,5 puntos.

Ese empeño enfrenta importantes dificultades. Por una parte se requiere que el empresariado pequeño, mediano y grande genere suficientes empleos formales que paguen los salarios mínimos y eso demanda políticas que generen estabilidad y promuevan el ahorro y la productividad para poder tener un crecimiento acelerado. Sabemos que la estabilidad es precaria ante la situación fiscal, que la infraestructura es insuficiente, los servicios públicos ineficientes y caros, y que no se han promovido políticas adecuadas para estimular la productividad del sector privado.

Por otra parte para ocupar esos puestos se requieren trabajadores que tengan la capacidad de poder cumplir con sus requisitos. Y sabemos que -infortunadamente- después de la crisis de inicios de los ochenta se disminuyó muy significativamente la proporción de jóvenes que estudiaron secundaria, y que a pesar del gran incremento en la escolaridad de ese nivel que se inicia a finales de los noventas, aún no la hemos universalizado. Esto determina que haya una importante cantidad de jóvenes que no terminan secundaria, y que la generación más numerosa de nuestra historia de trabajadores de 30 a 45 años, incluya una desproporcionada cantidad de trabajadores con poco capital humano.

Con una clara concepción sobre esa importancia de un buen trabajo formal para poder vencer la pobreza, empresarios y políticos desde hace ya muchas décadas se preocuparon por la formación laboral de trabajadores jóvenes y adultos. Como parte de los esfuerzos en esta dirección surgió el INA para cumplir con el doble objetivo de “promover y desarrollar la capacitación y formación profesional de los trabajadores, en todos los sectores de la economía” (para incrementar la productividad del sector privado) y de que esos programas de capacitación y formación profesional “tiendan a aumentar el ingreso familiar de los grupos de población de menores recursos” (para disminuir la pobreza).

A lo largo de muchos años la institución cumplió esa tarea, pero su modernización curricular, la inclusión de mujeres en sus programas de capacitación profesional y el acceso para los más pobres poco han pasado del papel y las buenas intenciones.

El informe de la Contraloría General de la República del 16 de diciembre pasado sobre la gestión del INA en los programas de formación y capacitación determinó:
Primero, que no se cumple con el objetivo de preparar trabajadores en los campos necesarios para promover una mayor productividad

Segundo, que no se capacita el número necesario de técnicos.

Tercero, que tampoco se cumple con el objetivo de seleccionar los estudiantes para disminuir la pobreza.

Por la importancia del tema, este informe de la Contraloría debe merecer la atención del Gobierno y las autoridades del INA para corregir esas graves debilidades. De lo contrario se perderán recursos esenciales para disminuir la pobreza y aumentar la productividad.


Fecha de publicación: 12-Ene-2015

Fuente: diarioextra.com


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