ALTERNATIVAS

Miguel ?ngel Rodr?guez E.

Miguel Angel Rodriguez Echeverria

El valioso estudio de Pablo Sauma y Juan Diego Trejos ?Reducir la pobreza en Costa Rica es posible?, elaborado para PNUD-Costa Rica brinda claves muy importantes para avanzar en este campo, en el cual ?en cuanto a la pobreza medida con relaci?n a ingresos? dolorosamente hemos estado muy estancados en los ?ltimos veinte a?os.

Claro que ?como los autores lo eval?an? el mayor impacto en reducci?n de esta pobreza se da con generaci?n de empleos formales que paguen al menos el salario m?nimo.

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Pero hay condiciones de enfermedad, vejez y otras que requieren de los programas sociales que satisfacen directamente algunas de las necesidades b?sicas, y de otros que transfieren ingresos a las familias para que puedan comprar los bienes requeridos.

Algunos de esos programas son universales y est?n disponibles para todas las familias. Otros son dirigidos a las familias pobres o en situaci?n de vulnerabilidad como los de vivienda, los hogares para ancianos y los programas de alimentaci?n. Estos programas han tenido un gran impacto en las condiciones de vida de las familias pobres por ingresos.

As? lo indica el trabajo de Floribel M?ndez y Odilia Bravo, ?Mapa de pobreza con el m?todo de Necesidades B?sicas Insatisfechas Censo 2011?.

NECESIDADES B?SICAS INSATISFECHAS

% hogares a?o 2000

% hogares a?o 2011

Una necesidad b?sica insatisfecha

24,2

18,8

Dos o m?s necesidades b?sicas insatisfechas

11,9

5,8

Carencia albergue

14,7

9,3

Carencia higiene

10,7

6,2

Carencia conocimiento

15,2

8,3

Carencia consumo

11,2

7,8

Adem?s de este progreso alcanzado por los programas sociales en especie, Sauna y Trejos miden el importante impacto en reducci?n de pobreza por ingresos, que se logra por los principales medios de traspaso de efectivo que utiliza nuestro estado. En 2012 el R?gimen no Contributivo de Pensiones redujo la pobreza en 1,6 puntos; los programas de becas la redujeron en 0,4 puntos y las ayudas en efectivo del IMAS en 0,7 puntos. En conjunto estas transferencias redujeron la pobreza en 2,5 puntos y la pobreza extrema en 2,9 puntos porcentuales.

Pero estos programas no est?n debidamente focalizados. En ese a?o 2012 el 60% de hogares con mayores ingresos recibi? un 22,5% de las pensiones del RNC; un 20,4% de las becas y un 8,2 de las transferencias del IMAS que es el programa mejor focalizado. Mientras se da este desv?o de recursos, hay 19600 adultos mayores en hogares pobres que no reciben ninguna pensi?n. Si la recibieran la pobreza disminuir?a en un 0,4%.

La conclusi?n es evidente. Se deben focalizar adecuadamente los programas en especie y de transferencias dirigidos a las familias pobres. Para ello es necesario obligar a que los beneficiarios de esos programas est?n en el Sistema Nacional de Informaci?n y Registro ?nico de Beneficiarios del Estado (Sisben) y utilizar los Ebais para controlar su buen uso.


Fecha de publicaci?n: 5-Ene-2015

Fuente: diarioextra.com


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