ALTERNATIVAS
Miguel ?ngel Rodr?guez E.
Ya pronto termina el a?o. Pasado ma?ana es Nochebuena y con las brisas del norte nos surgen sentimientos de amor al pr?jimo, de ternura con los ni?os, de gratitud a Dios por sus dones.
Termina el a?o y as? como nos alegra el recuerdo del nacimiento del Ni?o Dios y nos deleita el recuerdo de los tamales que ya hemos disfrutado y el pensamiento de los que a?n esperamos compartir con familiares y amigos; tambi?n nos acongojan los nubarrones que se vislumbran en el a?o nuevo.
En mi opini?n el m?s ominoso es la dificultad que percibimos para tomar importantes decisiones frente a los problemas nacionales que se han venido acumulando. Y esa amenaza es real porque si no resolvemos conscientemente los desequilibrios econ?micos, llega un d?a en que ellos se encargan de resolverse por s? mismos, pero con un enorme costo que injustamente recaer?a sobre las familias m?s pobres y d?biles del pa?s.
Cuando una familia es bendecida por el nacimiento de un beb? y los vamos a visitar para conocerlo, le llevamos un regalo. Como el nacimiento que conmemoramos pasado ma?ana es el de Dios encarnado, y como no somos magos de oriente sino simples costarricenses; en vez de llevarle al Ni?ito oro, incienso y mirra yo invito a mis estimados lectores a que le presentemos una carta al Ni?o Dios.
En esa carta pidamos al Ni?o Dios que desde el portal de Bel?n nos depare esperanza y optimismo. Esperanza en que podamos actuar con previsi?n e inteligencia. Que podamos superar los prejuicios y las rivalidades. Que entendamos que nuestro verdadero inter?s y la posibilidad de ser m?s felices radican en trabajar colaboradoramente, y en establecer reglas que permitan que nuestros esfuerzos personales rindan mejor fruto.
Pidamos al Ni?o Dios que regale sabidur?a a nuestro Se?or Presidente, a los miembros de los Supremos Poderes y a los dirigentes pol?ticos, para que Don Luis Guillermo proponga una agenda realista y equilibrada que concite el apoyo de los dem?s, y as? resolver los desequilibrios financieros, fiscales y de eficiencia que enfrentamos.
Pidamos al Ni?o Dios que impregne a los diversos grupos de inter?s con su buena voluntad, y les ilumine para que puedan realizar un an?lisis sereno, determinen sus verdaderos intereses de mediano y largo plazo, y pospongan -en favor a su conveniencia- enfrentamientos inmediatos.
Pidamos al Ni?o Dios que en cada familia reinen el amor, el apoyo mutuo, el af?n de cada quien de ser generoso y amable con el resto de los familiares.
Pidamos, en fin en nuestra carta al Ni?o Dios, que en cada uno de nosotros haya autoestima y amor propio, y que ese amor y el amor familiar formen un inmenso torrente de afecto que desborde el hogar y llene campos y ciudades de sentimientos de fraternidad y solidaridad.
?FELIZ NAVIDAD!