ALTERNATIVAS
Miguel Ángel Rodríguez E.
El proceso electoral que concluyó la semana pasada con justa razón nos debe llenar de orgullo…y de esperanza, pues en democracia podemos resolver nuestros problemas.
La Unión Europea tiene el PIB más alto del mundo. Su organización es compleja y diversa a nivel de cada nación miembro y más a nivel de su estructura comunitaria, y se levanta altiva sobre las extraordinarias historia y cultura milenarias de sus países. Y claro, enfrentan nuevos y serios problemas.
¡Si los pioneros fundadores de la Unión Europea se hubiesen puesto a pensar en la dificultad de su empeño jamás se habría establecido!
Estoy acá en Bruselas la capital europea por una reunión con el Presidente de la Comisión Europea Don José Manuel Durão Barroso para presentarle un documento sobre las ventajas de una visión de conjunto de la Cuenca Atlántica, pero mi pensamiento está en nuestra sencilla, humilde y pequeña Costa Rica y en sus problemas.
No es nada sencillo resolver nuestros problemas:
-No hemos logrado disminuir la pobreza y la desigualdad ha crecido.
-Estamos divididos en visiones opuestas de la organización de sociedad y estado.
-Tenemos serios problemas por la ineficiencia de los servicios públicos incluyendo educación y salud.
-La infraestructura es deficiente y deteriorada.
-La toma de decisiones públicas es muy lenta y difícil.
-Tenemos un serio desbalance fiscal y sistemas monetario y cambiario a medio construir.
Pero, como en la Unión Europea, la democracia nos abre un camino para luchar por su solución. Claro, no nos garantiza los resultados, que están siempre sujetos a nuestra ignorancia, nuestras limitaciones, nuestras virtudes y defectos. Pero si nos permite con el concurso de todos, con el apoyo y las capacidades de todos, buscar las mejores alternativas.
El Sr Presidente Electo triunfó demostrando gran calidad humana, inteligencia y dotes de moderación y concertación. Pido a Dios que le de sabiduría para que esas virtudes guíen su gobierno para beneficio de todos.
Terminada la campaña llega la hora de la unión, lo que no quiere decir que no podamos discrepar y manifestar nuestras opiniones favorables o críticas sobre la conducción del gobierno. Pero esa unión si significa que cada uno de nosotros estamos llamados a contribuir -de la mejor manera que podamos- para el éxito de la gestión de Don Luis Guillermo Solís. Todos somos pasajeros del mismo vehículo y corremos su suerte.