ALTERNATIVAS
Miguel Ángel Rodríguez E.
En un acto de justicia y de reconocimiento de sus errores, la UCR presentó disculpa pública 76 años después de que sus autoridades, al terminar la Revolución de 1948, permitieron la acción de la Federación de Estudiantes que provocó la salida de profesores y estudiantes por sus convicciones políticas.
Vivimos tiempos de mucha confrontación, división, resentimientos, frustraciones y violencia. Tiempos en los que predominan sentimientos que nos separan. La fraternidad, el mandamiento cristiano de amarnos unos a otros como Jesús nos ama cede ante la ira.
El hombre es un ser social, nos dijo Aristóteles. La persona es hija de Dios y como tal hermana de todos sus semejantes nos enseñó Jesús. Estamos llamados a dominar las pasiones, los egoísmos, el instinto de revancha y a evitar la violencia. Pero pecamos.
Cuando actuamos mal estamos en el deber de reparar y pedir perdón, y cuando nos ofenden el llamado es a perdonar. Pero esto exige superar prejuicios, egoísmos y vanidades. No siempre nos es fácil.
Por supuesto que en nuestra pacífica Costa Rica se han dado tiempos de mayor confrontación que los que vivimos. Tal fue el caso de la Guerra Civil de 1948 que desangró y dividió a la familia costarricense, que ha sido considerada la más grave confrontación de la familia costarricense.
Antes y después de esos hechos bélicos se dieron acciones de ambos bandos que enlutaron a la familia costarricense y la dividieron.
Ahora el Consejo Universitario y el Rector de la UCR por acciones y omisiones de sus órganos de entonces acordaron: “Ofrecer una disculpa pública a todos aquellos miembros de la comunidad universitaria que en virtud de sus ideales políticos, sociales y económicos tuvieron que marcharse de la Universidad de Costa Rica posterior a la Guerra Civil de 1948, y en especial a las familias de personas ilustres como: (los distinguidos profesores) Luis Demetrio Tinoco Castro (Secretario de Educación fundador de la UCR en el gobierno del Presidente Calderón Guardia), Rodrigo Cordero Zúñiga, José Merino y Coronado, Roberto Campabadal Tinoco, Fabián Dobles Rodríguez, Hernán Zamora Elizondo, Moisés Vincenzi Pacheco, Francisco Salazar Quesada, Jaime Soley Reyes, Jorge Volio Jiménez, Fernando Chaves Molina, Héctor Beeche Luján, Manuel de la Cruz González, Julián Zamora Dobles, Salvador Umaña Castro, Rodrigo Vargas Antillón, José Amador Guevara, (y de los estudiantes) Mario Rueda Porras, Álvaro Gené Sojo, Guillermo Villalobos Arce, Óscar Bákit Padilla y Fernán Rodríguez Gil”.
Se debe resaltar que cada una de esas personas merece el respeto y agradecimiento del país no solo por sus aportes a la UCR sino en diversos campos de la literatura, el arte, la política, la salud, el derecho, la filosofía, la función pública. Sus familias sufrieron profundamente las consecuencias de esas acciones y omisiones de la UCR en 1948. Una sentida muestra de la magnitud de la afrenta y de los dolores ocasionados a profesores, estudiantes y a sus familias, lo dio muy sentidamente la Sra. Natalia Dobles, hija del muy premiado y reconocido escritor Prof. Fabián Dobles, quien participó en la ceremonia en representación de las familias afectadas.
La ceremonia se realizó el pasado miércoles 12 a las 10 de la mañana en la Plaza 24 de Abril e incluyó exhibir una placa con el acuerdo de desagravio y los nombres de los profesores y alumnos injustamente afectados. Participaron además de la Sra. Dobles, con elocuentes palabras el Presidente del Consejo Universitario Dr. Jaime Caravaca y el Rector Dr. Gustavo Gutiérrez.
Para mí fue muy emotivo -con un sentimiento agridulce- participar en esta ceremonia acompañando a Doris Kandler Rodríguez, hija de mi querida prima Ana Rodríguez Gil que murió pocos días después de recibir la noticia de este acto de desagravio, que incluye a su hermano Fernán, quien no pudo continuar sus estudios de ingeniería simplemente por sus convicciones políticas.
Mi tío Hermógenes Rodríguez Támara se asiló en Venezuela junto con Fernán de donde mi tío regresó años después a Costa Rica. Mi tía Ada Gil y mis primas Ana y Elsa se quedaron en Costa Rica con su familia dividida. Fernán nunca regresó y dio a Venezuela grandes aportes en la computación que se iniciaba en los cincuenta, fue profesor universitario, y desarrolló sistemas de cómputo para las empresas de hidrocarburos y para el Banco Central de ese país. Por el odio y las acciones injustificadas de la UCR nos lo perdimos acá. Sus hijos y nietos nacieron y viven fuera de Costa Rica y no pudieron estar presentes.
Estos recuerdos nos deben fortalecer en la dedicación de todos a que Costa Rica viva y progrese en paz, sin odios ni divisiones.
Fecha de publicación: 17-Junio-2024
Fuente: diarioextra.com