ALTERNATIVAS
Miguel Ángel Rodríguez E.
El 13 de setiembre del año pasado la joven kurda de 22 años Jina Mahsa Amini fue capturada cerca de la estación de metro Shahid Haqqani en Teherán por la policía religiosa iraní. Alegaron que no llevaba correctamente el hiyab (velo que cubre la cabeza y el pecho) y que la llevaban para “una clase formativa”, según lo comunicaron a su hermano que la acompañaba.
Fue cruelmente torturada por la “policía moral” y dos horas después de su captura fue ingresada al Hospital Kasra de Teherán donde llegó en coma y murió dos días después a consecuencias de golpes en la cabeza.
Después de la muerte de Mahsa y a pesar de la cruel represión que ejerce el régimen despótico de Irán, las mujeres se levantaron en protesta contra tan cruel persecución y contra las absurdas regulaciones que con violencia impone el gobierno de los ayatolas. Se dieron por meses manifestaciones en la capital y en muchas otras ciudades, en centros urbanos grandes y en pequeñas aldeas en 29 de las 31 provincias de Irán, incluyendo Saqquez en Kudistán, la ciudad de donde Mahsa es originaria.
Es realmente impresionante que mujeres y hombres iranís hayan tenido la valentía de manifestarse. Las manifestaciones se dieron sin diferencias por religión, clase social, sexo, o edad de los participantes, claro que encabezadas por mujeres.
Y ello a pesar de cuatro décadas de cruel represión y del control que ejerce el gobierno sobre las universidades.
Se escuchó en Irán los gritos pidiendo acabar con el régimen del líder supremo Ali Jamenei y con su gobierno opresor.
Valientes y arriesgadas mujeres iraníes se cortaron el pelo y quemaron los hiyabs para protestar por la muerte de Mahsa Amini y exhibieron esas conductas en sus redes sociales.
Esto reflejó los anhelos populares de terminar con la despótica teocracia reinante.
La represión ha sido brutal, como lo ha sido por tantos años del ejercicio tiránico del poder en esa nación, tan importante e influyente en el desarrollo de la civilización desde hace milenios.
Se estima que más de 750 personas han muerto durante las manifestaciones, la mayoría mujeres e incluyendo 75 niñas y niños.
Para echar sal en la herida el miércoles recién pasado el parlamento iraní aprobó mayores restricciones y penas con relación a la vestimenta de las mujeres, incluyendo cárcel.
Las protestas internacionales han sido muchas.
Me siento honrado de haber firmado hace unos meses, junto con 123 distinguidos exlíderes mundiales, una carta dirigida a las autoridades de Canadá, Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea instándoles a solidarizarse con el pueblo de Irán.
Ahora en conmemoración del aniversario del asesinato de Jina Mahsa Amini y de las heroicas mujeres mártires de Irán un grupo de más de 1.000 mujeres del mundo entero que incluye expresidentas, ex vicepresidentas, ex primeras Ministras y otras mujeres muy destacadas incluso nuestra ex vicepresidenta Ana Helena Chacón ha salido en defensa de las mujeres y el pueblo de Irán.
Su mensaje enfatiza la necesidad de ser solidarios con las mujeres y el pueblo de Irán, de dar apoyo al programa de 10 puntos de la Presidenta del Consejo Nacional de Resistencia de Irán y de poner en la lista de organizaciones terroristas al Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica.
Por demasiado tiempo la comunidad internacional ha permanecido en silencio e inactiva ante las transgresiones de Irán. Este silencio ha contribuido a perpetuar una cultura de impunidad dentro del país. Es imperativo que el mundo responsabilice a la dirección de la República Islámica de Irán por sus crímenes contra su propio pueblo.
Costa Rica no puede ser indiferente. Por nuestras tradiciones y por la alianza de Irán con Ortega-Murillo, Maduro y Diaz-Canel.
Fecha de publicación: 25-Setiembre-2023
Fuente: diarioextra.com