ALTERNATIVAS

Miguel Ángel Rodríguez E.

Dr. Miguel Angel Rodriguez Echeverria

El pasado martes 5 de setiembre, la Universidad Católica Anselmo Llorente y La Fuente celebró con su lectura los decretos que la erigen como Universidad Canónica reconocida por la Santa Sede, que aprueban sus estatutos y que ratifican el nombramiento de su rector don Fernando Sánchez.

Fue una ceremonia con una impresionante concurrencia que demostró una clara evaluación del alto honor que esto significa para la Universidad Católica de Costa Rica, y para nuestra nación.

La magnitud del honor es evidente al constatar que se convierte la universidad que lleva el nombre de nuestro primer obispo en la número 54 de las universidades reconocidas por el Vaticano o pontificias, con esta distinción entre los muchos cientos de universidades católicas.

¿Qué significa además del alto honor esta distinción? Significa, al llegar a sus 30 años de vida, renovar el compromiso de la Universidad Católica de Costa Rica con la formación integral de “mejores personas y mejores profesionales”, como lo establece su lema. Ahora, con el compromiso de responder a los altos estándares de calidad y excelencia exigidos por el Vaticano.

La Declaración del Concilio Vaticano II sobre la Educación Cristiana Gravissimum Educationis: “…recomienda con interés que se promuevan universidades y facultades católicas convenientemente distribuidas en todas las partes de la Tierra, de suerte, sin embargo, que no sobresalgan por su número, sino por el prestigio de la ciencia, y que su acceso esté abierto a los alumnos que ofrezcan mayores esperanzas, aunque de escasa fortuna, sobre todo a los que vienen de naciones recién formadas.” … “y que los alumnos de estos institutos se formen hombres prestigiosos por su doctrina, preparados para el desempeño de las funciones más importantes en la sociedad y testigos de la fe en el mundo.”.

Significa, como lo señaló el Rector Fernando Sánchez en su intervención en esa ceremonia que: “A partir de ahora, ningún estudiante de la UCAT va a tener que hacer cursos de nivelación para ingresar a una Universidad Pontificia o Reconocida por la Santa Sede en el mundo; a partir de ahora la calidad académica nos la puede evaluar la Santa Sede por medio de su agencia de aseguramiento de la calidad educativa a nivel superior (AVEPRO) que, a su vez, es reconocida en la Unión Europea.”.

La Universidad Católica de Costa Rica Anselmo Llorente y La Fuente recupera la distinción que hace 170 años había recibido la primera Universidad de nuestro país, la Universidad de Santo Tomás, que había sido fundada 10 años antes de recibir esa distinción, por iniciativa del Benemérito Fundador de la República José María Castro Madriz en 1843, cuando era Ministro de Gobierno.

Esa distinción se perdió en 1888 cuando se dio el cierre de la Universidad de Santo Tomás, en mi opinión un gran error de la por otros motivos muy importante y conveniente reforma educativa liberal encabezada por don Mauro Fernández.

Muy merecido el homenaje de los Señores Obispos al darle el nombre de nuestro Primer Obispo a la Universidad Católica cuando la fundaron. Pero siempre me ha dolido que no se hubiese recuperado el nombre de esa Universidad Pontificia, La Universidad de Santo Tomás, que además había tomado el nombre de la Casa de Enseñanza Santo Tomás fundada en San José en 1814, con la que en su creación se fusionó.

El honor otorgado con el reconocimiento de la Santa Sede a nuestra Universidad Católica debe ser, para todos, motivo de alegría y estímulo para la superación de nuestro país.


Fecha de publicación: 18-Setiembre-2023

Fuente: diarioextra.com


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