ALTERNATIVAS
Miguel Ángel Rodríguez E.
¡Qué bonita es esta vida! Con todas las dificultades que enfrentemos, con las necesidades insatisfechas, con las frustraciones sentidas, con los dolores sufridos, ¡qué bonita es esta vida!
¿Cómo se la vamos a negar a un bebito que lucha por nacer? Experimentar el amor de Dios en los momentos de mayor congoja, sentir su apoyo ante la muerte de un hijo, o cuando se pierde a los padres, o cuando se está en prisión… sentir su apoyo ante la responsabilidad de ser madre o padre, disfrutar de los inmensos dones que nos da…
Poder amar a los padres, a los hijos, a nuestra cónyuge, a los nietos, a los amigos… Disfrutar de una montaña, del trino de un ave, de la brisa matutina, contemplar la inmensidad del mar y sentir la caricia del agua… Oír una canción, entonarla, caminar, conversar…
La vida es el primero y fundamental derecho humano. Sin vida no hay libertad, sin vida no hay derechos humanos, sin vida no se disfruta de la dignidad de ser hijo de Dios.
Entre nosotros desde hace 142 años se abolió la pena de muerte por inspiración de la Primera Dama doña Emilia Salazar, esposa de don Tomás Guardia. Existía para delitos muy graves. Y, claro, se ejecutaba después de un juicio y una condena.
No puedo entender cómo ahora algunos pretenden establecer el derecho de disponer de la vida de un bebé indefenso. A quienes promovemos una política pro vida nos caben varias obligaciones.
La primera es actuar con respeto y amor por las mujeres que por diversas razones viven un embarazo difícil. No se trata solo de oponerse al aborto libre. Se trata de apoyar a madres para que puedan llevar a feliz término su embarazo, para que puedan atender apropiadamente a su bebé y para que puedan seguir adelante con el desarrollo de su vida. La segunda es actuar con respeto para quienes piensan diferente.
Esto por supuesto incluye generar instituciones para que los padres también asuman la responsabilidad y los deberes de la paternidad, como lo facilitamos siendo pioneros en el mundo con la Ley de Paternidad Responsable.
Por eso me dio especial felicidad asistir el pasado 21 de julio a la segunda edición de Premios por la Vida que organiza el Frente Nacional por la Vida.
Se reconoce con estos premios las tareas en favor de la vida que llevan adelante diversas organizaciones de la sociedad civil.
Se premió a la Asociación Católica Posada de Belén, fundada hace 24 años a través de un convenio entre el PANI y la Conferencia Episcopal de Costa Rica, para proteger y ayudar a adolescentes en situación de riesgo y con intenciones de aborto. A la Asociación Manos Amigas que inicia en 2002 con la fundadora Silvia Rodríguez Jiménez, quien adquiere un compromiso personal para trabajar por la vida y dignidad del ser humano y apoya a quienes habitan las calles, sufren de adicción, abandono o pobreza extrema.
A Excelencia Familiar que se fundó en 2003 como una asociación privada de bienestar social, y es hoy administrada por la Asociación Vida Abundante Coronado, y brinda atención integral a niñas y mujeres adolescentes en su proceso de formación y construcción de un proyecto de vida.
A Asidown que es una organización que apoya la autodeterminación de las personas con síndrome de Down y sus familias y promueve su inclusión en todos los ámbitos sociales. A Banquete Celestial Internacional que hace 39 años el matrimonio de Germán Camacho y Cristina Salazar estableció para atender con exquisitez a personas adultas mayores. No puedo en este espacio hacer justicia a las maravillosas acciones de esas cinco organizaciones.
Fue un privilegio escuchar junto a Lorena los testimonios de las tareas de verdadero amor cristiano que realizan estas asociaciones.
Fue la mejor celebración posible del Día de la Vida Antes de Nacer que establecimos en 1999.
Fecha de publicación: 31-Julio-2023
Fuente: diarioextra.com