ALTERNATIVAS

Miguel Ángel Rodríguez E.

Dr. Miguel Angel Rodriguez Echeverria

Sé que esta columna, como muchas que escribo, no merecerá el aplauso popular.

Pero estoy convencido de que a mi edad, y después de muchos años de bregar en la academia, en la empresa privada y en el servicio público, si algo puedo contribuir al debate nacional es tratando con toda honestidad y de manera muy directa temas impopulares, cuando abordarlos y discutirlos sea de conveniencia para el país.

Por eso expreso mi criterio favorable al incremento de los sueldos de los Ministros y Viceministros que ha decretado el Presidente de la República.

Esos importantes cargos públicos no deben estar limitados a que solo los puedan ejercer: 1) personas con muchos recursos que no necesiten para su familia un salario adecuado al nivel de preparación y capacidades requeridos; 2) personas muy jóvenes, con pocas obligaciones, para quienes ejercer esos cargos es una inversión para desarrollar nombre y experiencias que les sirvan en el futuro; 3) personas con una capacidad de renuncia a los bienes materiales que casi practican voto de pobreza; o 4) individuos que aspiran al cargo para enriquecerse abusando de él.

Hace muchos años, cuando trabajé en el gobierno de don José Joaquín, el director de AID en Costa Rica, Larry Harrison, me hizo reflexionar de cuanto más importante para el bienestar nacional era el trabajo de un Ministro de Obras Públicas y Transportes comparado con el ingeniero que dirigiera la más importante empresa constructora del país. Las decisiones del Ministro repercuten de una manera mucho mayor en el bienestar de los habitantes de nuestro país.

Por eso es muy conveniente adecuar los sueldos para los Ministros y Viceministros a las realidades del mercado de trabajo nacional, para que devenguen un salario que, aun cuando sea inferior al que obtendrían en el sector privado o en otras instituciones estatales, sea de un nivel que permita a la familia del funcionario vivir de manera similar a como lo hacía antes de asumir esa posición.

Es bastante difícil conseguir personas dispuestas a sacrificar su privacidad, la capacidad de poder disfrutar con mucha libertad los tiempos con la familia, y la posibilidad de generar mayores ingresos, a cambio de sentir la gran satisfacción de contribuir al bienestar nacional de una manera más significativa.

Ello es aún más difícil de conseguir cuando los partidos que acceden al Poder Ejecutivo ya no son instituciones con una larga tradición y con cuadros de estudio y de trabajo que se han preparado durante años para eventualmente asumir esas posiciones. Ahora ocurre, como le aconteció al Presidente don Rodrigo Chaves, que debió formar su gabinete con poco tiempo dada la segunda vuelta, y con un partido que no tenía ninguna trayectoria anterior.

Es un gran error de los gobiernos no ir adecuando los salarios ministeriales y del Presidente a los cambios en el valor de la moneda y a la evolución económica de la nación.

Cuando recibí la administración en 1998 la inflación anual era mucho mayor a la actual. Los sueldos de ministros, viceministros, oficiales mayores y del presidente eran ridículos.

Ajusté por decreto mediante transferencias presupuestarias esos sueldos y en el presupuesto para el año siguiente presenté a la Asamblea Legislativa, que lo aprobó, el ajuste para llevar el salario del Presidente al nivel al que lo había reducido el Presidente Calderón Fournier 8 años antes.

El escándalo que me armaron los medios de comunicación y los artistas que transmitían las corridas de toros en el fin de año fue de tal magnitud que, para no afectar mis posibilidades de promover las reformas que me habían motivado a buscar el ejercicio de la Presidencia, renuncié al incremento salarial.

Esta perversión de la opinión pública se debe a una de las más dañinas ideas prevaleciente: considerar el ejercicio de un cargo en los Supremos Poderes del estado como una simple ventaja injustificada, como un privilegio para quien lo detenta. Claro que es muy entendible que los salarios para puestos de diputado, magistrado o ministro parezcan muy elevados a quien tiene un ingreso muy bajo, por trabajar en una posición con poca demanda de preparación y para la cual hay muchas personas ofreciendo sus servicios.

Pero el país requiere ser más amigable con el ejercicio de esos cargos. Ya tendrán los que los ocupen suficiente prueba cambiando la paz de la vida privada por la angustia de las noticias y las críticas que les tocará soportar.


Fecha de publicación: 20-Junio-2022

Fuente: diarioextra.com


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