ALTERNATIVAS
Miguel Ángel Rodríguez E.
Una campaña política, para ser exitosa, necesita centrarse en una narrativa que exponga los propósitos del partido y de sus candidatos, que motive a dar el apoyo, que atraiga a las personas y grupos que sienten pueden ser beneficiados con su triunfo.
En una democracia se escoge a los gobernantes para que promuevan el bien común que permita los ciudadanos tener mayores posibilidades de satisfacer sus necesidades y realizar sus sueños. Para escogerlos influye radicalmente la narrativa de los candidatos.
Con las prevalencias culturales que hoy nos dominan, las narrativas populistas, alejadas de la verdad y del realismo, radicalmente emotivas y que dan la espalda a la racionalidad, tienden a imponerse.
En las democracias actuales, las campañas políticas, en mayor o menor grado, difícilmente escapan a esas circunstancias.
Un gobierno democrático (y hasta cierto punto también uno autocrático) también requiere una narrativa para concitar una opinión pública que le dé respaldo, y para convencer a los partidos opositores a que al menos no obstaculicen su gestión. También requieren esa narrativa para evitar conflictos sociales contra su gestión. Al ganar una elección los vencedores deben afrontar las responsabilidades de su cargo. Pero la narrativa de la campaña crea expectativas que condicionan sus actuaciones.
Una solución es continuar la narrativa populista que condujo al triunfo. Pero ahora se deben afrontar las realidades de la acción gubernamental. Si se actúa en ejercicio del poder conforme a la narrativa de campaña, el resultado es un gobierno que puede mantener por unos años el favor popular pero que poco a poco conduce al empobrecimiento y a mediano plazo pierde el poder, o solo se puede seguir sosteniendo como una dictadura.
Por eso me pareció tan importante el cambio radical que a su discurso confrontativo dio el candidato don Rodrigo Chaves la noche de la elección, ya como Presidente Electo, al adoptar una propuesta de unión y acción conjunta.
Al conformar un gobierno en el que predominan técnicos se le facilita cambiar desde el gobierno la narrativa. Pero esa conformación tiene el costo de concentrar en el Presidente la tarea de guiar a su equipo y cautivarnos a los ciudadanos con esa nueva narrativa, igualmente inspiradora pero más realista.
En mi opinión el mayor reto del Presidente es la construcción de esa nueva narrativa que nos una con un optimismo realista en la solución de los graves problemas nacionales, y en sobreponernos a las empobrecedoras consecuencias de las circunstancias internacionales que padecemos.
Como siempre lo he hecho y en varias ocasiones siendo el único Expresidente presente, asistí a la toma de posesión del Presidente Chaves. Considero que ese es mi deber con nuestra institucionalidad democrática. En su discurso inaugural don Rodrigo Chaves señaló con crudeza los graves problemas que enfrenta el país. Y mostró optimismo para enfrentarlos. Pero desde el puro inicio los hechos le han revelado las dificultades de hacerlo con un equipo que tomará tiempo en integrarse para una acción conjunta y al que en muchos casos le falta experiencia política. Además, enfrenta las dificultades del poco tiempo que tuvo para la transición dada la segunda ronda, y con los problemas inherentes a llegar al gobierno sin el apoyo de un partido con tradición y conocimiento de la acción gubernamental. Debemos con paciencia dar tiempo a que esos problemas iniciales se solventen.
Esas dificultades se irán resolviendo. Eso no es lo difícil. La construcción de la nueva narrativa que desde el gobierno nos cautive y una es la tarea fundamental para el buen éxito del gobierno que todos debemos propiciar.
Fecha de publicación: 17-Mayo-2022
Fuente: diarioextra.com