ALTERNATIVAS
Miguel Ángel Rodríguez E.
La noche de su elección, el Presidente Electo Dr. Rodrigo Chaves buscó la unidad nacional y con muy buen tino cambió radicalmente su mensaje confrontativo. Ese es el camino que la historia nos señala, la solución costarricense de prever los problemas y forjar una unidad de miras capaz de enfrentarlos con éxito.
En Costa Rica, igual que en muchos otros países, los ciudadanos han perdido aprecio por la democracia y el Estado de derecho y desconfían de las élites, y los partidos políticos se han tornado frágiles y se fragmentan.
Diferentes factores han debilitado a los partidos de masas. Se ha generado un desarraigo de las personas por cambios tecnológicos, en la familia, en su lugar de residencia, en las condiciones laborales. Ese desarraigo crea desconfianza, incertidumbre, miedo, enojo. Además, la ineficacia de los gobiernos y la corrupción, así como el aumento de la desigualdad, cuando se dan, abonan esos sentimientos. También algunos políticos y medios de comunicación han promovido su poder con ataques generalizados contra políticos, partidos y gobernantes. De diversas maneras se agigantan la emotividad y el odio y se debilitan la racionalidad y el amor.
En esas condiciones priva la defensa y la promoción de los intereses más directos, más de pequeño grupo. Las uniones se dan en contra del otro. Estos cambios generan gobiernos con bajo apoyo popular y grandes dificultades para gobernar.
Por lo anterior son especialmente importantes el mensaje de aceptación y las posteriores intervenciones del Presidente Electo buscando la unión del país. Costa Rica se ha empobrecido, primero por los resultados del desequilibrio fiscal, después por la pandemia y ahora por la invasión de Rusia a Ucrania y el encarecimiento de los alimentos, los combustibles, los fertilizantes, los fletes.
Es imprescindible mantener el rumbo a la disminución de la deuda pública para mejor atender las funciones prioritarias del Estado y para consolidar la estabilidad. Esto obliga a aplicar a rajatabla la regla fiscal.
Pero no conviene lograr ese objetivo disminuyendo las ayudas sociales a las familias en pobreza, que más bien demandan más recursos por el encarecimiento de los bienes más esenciales. Mientras se aprende a pescar y se tiene oportunidad de hacerlo hay que comer. Este último año familias pobres que me comparten sus graves dificultades económicas me dan indicios de la necesidad de aumentar la ayuda a los habitantes más necesitados.
Tampoco puede lograrse la mejora fiscal disminuyendo la construcción de infraestructura. Su ampliación y mejora es esencial para aumentar la productividad y generar mayor crecimiento del ingreso nacional.
Por eso los tiempos en que va a gobernar el Sr. Presidente Chaves demandan cambios estructurales en el Estado y priorizar el gasto, privilegiando los objetivos nacionales más urgentes.
Para poder hacerlo, fraternalmente todos debemos limitar nuestros intereses egoístas y apoyar la opción preferencial por los pobres.
Sacar adelante la tarea demanda sabia y reflexiva conducción del gobierno y desprendimiento y visión de largo plazo de todos.
Fuente: diarioextra.com