ALTERNATIVAS
Miguel ?ngel Rodr?guez E.
Lo aprovecho para, una vez m?s, referirme a nuestra educaci?n p?blica.
Plantea el Informe y resalta Diario Extra el mito que acariciamos de tener "una población altamente calificada y educada" y lo contrasta con la realidad de una "escolaridad promedio de los ticos entre 18 y 60 años de apenas 9 años. Poco más de un 60% de los trabajadores y de quienes buscan empleo por primera vez no han terminado el colegio".
La crisis económica de principios de los ochentas tuvo como una de sus más graves consecuencias la gran caída que sufrió la asistencia de jóvenes a los colegios, así como la disminución de la duración del curso lectivo. La tasa bruta de escolaridad en secundaria en 1980 era de 60,9%, cinco años después había bajado a 49,7. No recuperó su nivel pre-crisis sino hasta 1998 y empezó a crecer aceleradamente solo en 1999. Los días de clases eran 216 en 1980, bajaron hasta 166 y a partir de 1998 tenemos 200.
Esto afectó gravemente la cantidad y calidad de la educación pública.
Esas deficiencias de nuestra educación pública duraron casi dos décadas. Lo negativo, lo doloroso de esa situación, es que esas deficiencias produjeron esa fuerza laboral con baja escolaridad y con un 60% sin conclusión de secundaria. Ello es a su vez una causa del estancamiento de la pobreza en un 20% de la población, y del incremento de la desigualdad. Tenemos una alta demanda por trabajadores más calificados, pero la falta de calificación de este gran sector de nuestra población le impide encontrar empleo adecuado para superar la pobreza.
Cuando, hace algunos años, buscaba las causas de los bajos resultados en secundaria de las pruebas de matemáticas y ciencia, creí descubrirla en la proporción, más alta en esas materias en comparación con otras, de profesores no graduados que las impartían. Hace poco tiempo descubrí que ya no se da esa situación de muchos profesores no graduados impartiendo matemáticas y ciencias, y sin embargo se mantiene la baja aprobación de esas materias.
Ahora, gran parte de los nuevos titulados lo son de universidades de garaje, que no les han dado la preparación necesaria. Tienen el título pero no el conocimiento. Sus alumnos sufren las consecuencias.
Por eso he insistido en la necesidad de examinar la preparación de los profesores, en sus respectivas especialidades, cuando vayan a ser contratados por el Gobierno.
Se podría excluir de ese examen a quienes ostenten grados de carreras debidamente acreditadas.
¡Que malo para el futuro que algunos candidatos a la Presidencia de la República, ante la demanda sindical, se hayan comprometido a no examinar a los profesores que vayan a ser contratados!
Esa es una acción en contra de los pobres y de la justicia social.
Fecha de publicación: 18-Nov-2013
Fuente: diarioextra.com